domingo, 25 de marzo de 2007

D.E.J. (Destileria de la Eterna Juventud)

D.E.J
(Una tragicomedia mexicana en varios actos)

Oswaldo Perez Cabrera

Todo comenzó un cálido día de verano en un pequeño poblado metido en alguna región del país: Tecojotlán de las Guayabas. Dentro de esta diminuta muestra de nuestra población moraba nuestro héroe: Ronaldo Martínez Sánchez. Ese día en el que nos unimos a su vida estaba tomando cerveza en la cantina “Mi Oficina”. El calor era insoportable. El sudor manaba de cada uno de los poros de cada uno de los individuos que habitaban en aquella región tan ardida y castigada por el sol. Muchos sentían que se podían derretir de un momento a otro. Por esta acalorada situación las labores se suspendían a temprana hora y todo el pueblo se iba a refrescar el gañote con cervezas, aguas frescas de sabores varios, tepache y demás refrigerios típicos de la zona.
Rolando había estado platicando con Pepé, Gumaro, “El Liendres” y “El Escapes”, este último era un tipo de costumbres gaseosas y pestilentes que en esta época del año era insoportable. Charlaron acerca del futbol mexicano y la actuación de jugadores nacidos en regiones populares de urbes inconcebibles para sus cabezas, del calendario de Gloria Trevi tomado en alguna prisión latinoamericana en donde mostraba sus grandes senos casi al descubierto, de la hija de Doña Lencha que a sus 18 años estaba envarneciendo favorablemente hacia una edad de merecer marido. Posteriormente salía el dominó y ese día en que nos unimos a sus vidas Rolando estuvo de suerte; rondas y rondas de cerveza desfilaron por la mesa; leperadas y chistes también hicieron su aparición, así como los faritos y tigres, cigarrillos sin filtro de bajo precio.
Salieron del pequeño tugurio ya entrada la noche y tambaleándose como si fueran caminando sobre las olas de mar, de un mar tan distante para estos habitantes, como otro reino prometido perdido en la oquedad de sus cabezas.
Aquella noche Rolando encaminó al Liendres a su casa, éste lo invitó a pasar con esa mueca maliciosa característica de él, pero Rolando no aceptó como anticipando algún peligro. Sin embargo, quedó muy formalmente en ir al día siguiente a ver el futbol e incluso llevar un cartón de guamas. Rolando optó entonces por ir a dar un paseo por las afueras del pueblo, filosofando acerca de la vida y sus mundanas experiencias. Mientras caminaba, pensaba que nunca le había dado buena espina su amigo “Liendres”, tenía la impresión que se quería acostar con su mujer: Virginia, una dulce morena con la que se casó siendo ella muy joven. Él tampoco era viejo, sin embargo, a sus 27 años sentía que se estaba haciendo de años.
-Pinche Liendres, se me hace que me quiere pedalear mi bicla, ese güey siempre quiere sacar provecho de todos.- reflexionó.
Meditaba acerca de su vida concluyendo que había vivido demasiado rápido. Desde muy pequeño había trabajado en los campos de guayaba fletándose de sol a sol, también a temprana edad descubrió el alcohol, el sexo y la marihuana. Fue adoctrinado en las malas costumbres por “el Escapes” y la prostituta del pueblo, la pendenciera y fumada “Chicles”.
Así pasó su juventud, trabajando y parrandeando, forzando el cuerpo a su máxima capacidad, se estaba acabando antes de tiempo. Por estar cavilando acerca de su desgastamiento físico se alejó bastante del pueblo internándose en la maleza negra de la noche y las guayabas, guayabas que ahora podrían ser negras y que sólo eran iluminadas esporádicamente por algunos rayos de luna aleatorios. La noche estaba ya refrescando y él se acostó sobre la hierba a mirar el firmamento manchado de chispas blancas. Empezaba a conciliar el sueño arrullado por los cánticos y melodías que ofrecía la pequeña fauna del lugar, cuando de pronto, escuchó un ruido que desentonaba; se incorporó. Le pareció haber visto a una figura sentada sobre una piedra, volteó rápidamente pero no encontró nada. Pensó que probablemente era alguno de sus cuates que le jugaba una broma de mal gusto, desenfundó su puñal y empezó a caminar entre las plantas, tenía un estado entre asustado, confundido y molesto.
-¿Quién vive?-preguntó sin que se escuchara contestación alguna. -¿Quién chingados anda ahí?-repitió una vez más con voz de mando.
Siguió caminando cuando de repente descubrió sobresaltándose a un tipo sentado sobre una gran roca.
-¿Quién es usted?
La espectral figura se levantó y con voz pausada y un marcado acento español respondió
-El que os puede hacer feliz.
A Rolando le intrigó la rara vestimenta de su interlocutor y volvió a preguntar.
-¿De dónde vienes?
-Vengo de España, me dicen Benavides debido a mi ilustre apellido.
-Está extraña tu ropa.
-Es lo típico de un soldado español del siglo XIV, lo tengo usado desde hace 400 años.
-Me quieres tomar el pelo desgraciado gachupín- al decir esto Rolando lo amenazó con el puñal sacando a flote su carácter impulsivo.
-Vale, calmaos mestizo, que no es más que la verdad.
Rolando se dio media vuelta y se disponía a regresar al pueblo cuando Benavides lo detuvo.
-¿Qué harías si os digo que podéis vivir para siempre sin envejecer?
-¿Y tú que harías si te digo que te voy a picar por quererte burlar de mí?
-Intentadlo bufón- Al escuchar esto Rolando se abalanzó sobre el ibérico, pero lo atravesó y fue a estrellarse contra una roca.
-Vale tío, no perdáis tiempo.
Rolando lanzó un nuevo ataque, pero volvió a fallar cayendo al suelo.
-¡Qué hostias! Vamos a cerrar el trato mi empecinado amigo.- Nuestro héroe lo miraba estupefacto mientras se incorporaba, Benavides tomó un sendero y Rolando lo siguió aún incrédulo pero picado por la curiosidad de saber más de este extraño espécimen que decía venir de otros tiempos. Llegaron, después de un rato de caminar entre esa maleza negra a un paraje en donde había una pequeña construcción de piedra.
-Entrad- y así lo hizo el Ronaldo, era un pequeño cuarto con un artefacto raro en el centro de la pieza; era redondo con tubos herrumbrosos, oxidados por el paso inmemorial del tiempo; parecían tomas de agua, estaba hecho de un material parecido al cobre, el resto de la construcción estaba vacío, con excepción de la humedad, el musgo, una entrada de aire en el techo que se encontraba a seis metros del suelo de la construcción cónica y la puerta por la que apenas cabía Rolando y que Benavides tenía que traspasar agachado.
-Helo aquí- señalando al extraño aparato que semejaba una tortuga metálica, al mismo tiempo que decía sus palabras extraía un líquido amarillo-naranja.
-Tomad y seréis joven para siempre- Nuestro héroe tomó un trago de la sustancia aún con cierta desconfianza pensando que iba a probar un líquido desagradable con sabor a leche podrida o a té-chocolate ya caducó hace centurias. Después de haber degustado el líquido irrumpió una carcajada como hacía tiempo no lo hacía.
-Pero si es cerveza, ja,ja,ja,ja, ja, ja, ja y bastante buena por cierto, pinche gachupas que buena broma me hicistes.
-Ahora os diré las condiciones del hechizo; debéis de tomar al menos un vaso diario y no debes de dejar a nadie más probar el líquido, de lo contrario morirás y no habrá dios que te salve.
Ronaldo le siguió la corriente y todavía se empinó otras tres raciones del brebaje, después regresó por el mismo sendero hacia su casa tratando de memorizar cada árbol y pensando en su encuentro bizarro recordando las últimas palabras del español “Recuerda del hechizo”. Entonces Rolando caviló acerca de lo que era ese ser que se le había aparecido hacía poco tiempo.
-Realmente el gachupín era un fantasma, de lo contrario lo habría matado, además despareció en el aire sin dejar huella.
Lo tomó por el lado de que ahora tendría cheves gratis y hasta pensó en invitar a sus cuates, pero recordó la maldición que caería sobre él si alguien más llegara a beber de aquella pócima. Así pasó toda la noche cavilando sin poder dormir, incluso rechazó a su mujer cuando ésta le empezó a besar el cuerpo.
Al día siguiente, Ronaldo estuvo con “El Liendres” viendo el clásico del futbol mexicano, el América contra las Chivas de Gualadajara, tomando cerveza, sus amigos lo notaron ausente y las bromas llovieron sobre él:
-te veo triste pinche Ronaldo.
-te veo cansado carnal.
-si te agota tu vieja, pásamela- Esto último lo dijo “El Liendres” provocando que Ronaldo saliera de la casa haciéndose el digno y se dirigiera hacia el lugar encantado. La luz estaba empezando a disminuir y le costó algo de trabajo dar con la pequeña destilería; se sirvió un vaso y degustó contento mientras imaginaba como sería ser joven para siempre. Prendió un cigarro y se sentó en la entrada del mausoleo etílico, todos sus amigos envejecerían, sus caras quedarían arrugadas cual papiro, sus cabellos blancos como la leche de Zacatecas, sus fuerzas se verían disminuidas al igual que su potencia sexual, al llegar a esta cavilación soltó una risotada. También se imaginó a su cónyuge hecha ya una anciana, tendría que buscar una muchachona nueva. Imaginó como sería el futuro que nadie iba a conocer más que él, conviviría con sus bisnietos y los hijos de éstos. De pronto sus pensamientos se vieron interrumpidos por unos pasos, los cuales le hicieron suponer que se trataba del español, pero se llevó una sorpresa mayúscula al observar un cuerpo decrépito y horroroso que se acercaba a él. Era el ser más espantoso que había visto en su vida, su rostro era seco y arrugado como si fuera una pasa de color gris, sus pocos cabellos estaban en completo desorden, sus ropas desgarradas y polvosas, sus movimientos eran lentos y torpes, caminaba con dificultad. Ronaldo lo miró aterrorizado como quien mira una aparición no diseñada para nuestros ojos mortales y apuró su trago no dando crédito a lo que sus ojos veían. El repugnante espectro le habló con voz cavernosa:
-Has caído en la trampa del español maldito y no tardarás en unirte a nosotros- la voz pausada de la aparición exasperó a Ronaldo quien gritó:
-¿Quién eres tú?
-Soy una víctima engañada como tú, ¿crees qué podrás mantener en secreto la DEJ? Morirás más rápido ahora y tu alma estará cautiva al igual que la nuestra- Ronaldo volteó y se vio rodeado de criaturas similares entre las que reconoció a un conocido suyo que había sido amigo de su padre; lo miraba con una furia indescriptible, su aspecto no era como el de los demás, era de un hombre joven pero resentido y no tan maltratado como los otros esperpentos. Rolando salió corriendo con todas sus fuerzas escuchando risas macabras tras de si, un miedo indefinible se apoderó de él y sintió un gran alivio al llegar a su morada. Entró blanco, sudoroso y temblando, echó a su esposa a un lado y se fue a su recámara echando llave y se dirigió a llorar a un rincón en posición fetal. Ahora pensó más seriamente en el lío en el que se había metido y empezó a creer en todo lo que le había dicho Benavides, después de todo ya había probado que era un fantasma. ¿Cuántos humanos más habrán caído en la trampa? ¿Por qué nadie se había dado cuenta de que algo macabro estaba pasando en las faldas del pueblo guayabero. ¿Acaso todos los espectros se habían condenado unos a otros? Tal vez él había condenado al amigo de su padre y si esto fuera verdad ¿Quién será el que beba del artificio del español maldito y lo refunda para siempre en aquella especie de purgatorio infernal? Así siguió atormentándose toda la noche hasta que cayó dormido pensando como iría al día siguiente a tomar el elixir de la larga vida sin ser visto por ningún mortal. La desesperación se había apoderado de él durante varias horas antes de que Morfeo lo liberara por poco tiempo de su calvario mental.






“EL ESCAPES”


El Escapes siempre fue un tipo de malas costumbres. Su verdadero nombre era el de Rutilio González Martínez de la Serna, pero desde muy temprana edad se ganó su sobrenombre debido a su manía de condimentar el ambiente con fetidez.
Rutilio nació en el pueblo con línea directa de los indígenas de la región que le heredaron los cabellos en forma de púas y la piel morena tostada por el sol y algunos jiotes producidos por el mismo astro rey.
El Rutilio era muy joven e inocente aunque algo ladino cuando “La Chicles” llegó al pueblo a cambiar su vida. Inmediatamente hicieron muy buena amistad; de hecho fueron amantes mucho tiempo. El papá del “Escapes”, que también estaba en línea directa con los indígenas, era el dueño del único hotel del pueblo, que más bien debería de ser considerada como la única posada guayabera. Así que la primera vez que la “Chicles” entró en la cantina que hacía las veces de la sala de los inquilinos de la posada, el “Escapes” la abordó invitándole una cerveza y una plática sin muchos recursos, sin embargo, le ofreció alojamiento gratuito. Esa misma noche hicieron el amor frenéticamente, de hecho esa fue una de las pocas ocasiones que la prosti le permitió dormir a su lado toda la noche.
Entraron ya pasados de copas a la habitación, nuestro gaseoso amigo la besó apresuradamente como si quisiera consumar el acto antes de que la susodicha se arrepintiera dejándolo con el falo en alto. Él quiso tomar el control pero nuestra amiga de cascos ligeros lo aventó a la cama, “El Escapes” comprendió que a las mujeres les gusta llevar el control de lo que sea; “La Chicles” se le encimó al tiempo que le quitaba con gran destreza cinturón, pantalón y calzoncillos. “El Escapes” apretó sus nalgas con gran fuerza pero no pudo evitar que un maloliente aire se le fugara; su compañera ebria, por fortuna, no le dio mayor importancia y prosiguió con la maniobra de “encueramiento mutuo”. Lo montó sin escrúpulos durante varias horas hasta que se quedaron exhaustos dormidos uno junto al otro, pero eso no impidió siguiera el concierto de sonidos y aromas pestilentes. Al despertar, la “Chicles” levantó las sábanas percibiendo un olor que casi la hace volver el estómago.
-Pinche Ruti, te estás pudriendo por dentro ¿Pos qué comistes?-Rutilio solo farfulló dándose la vuelta para seguir durmiendo, mientras tanto Roberta, nombre de pila de la “Chicles”, se dirigió al baño a orinar, limpiarse entre las piernas y prepararse un gallo mañanero. El peculiar olor despertó a González quien le cuestionó acerca de lo que estaba fumando su más reciente concubina.
-mota, juanita, marihuana, pssssssssss, un toque hijo, pruébalo- dos caladas profundas del gaseoso.
-Suave, ta’ chida- respondió al tiempo que otro gas invadía la atmósfera del cuarto.
-Pinche Ruti, me cae que tas enfermo.
-La neta me da re harta vergüenza mi betita, pero el doc dice que no controlo mis quien sabe que madres, que lo que tengo es una enfermeda, pero el pinche tratamiento sale re caro y pus uno con que feria no.
-Chale, pos ora si que qué mal pedo ¿no? Ya me acostumbraré.
Desgraciadamente para Rutilio, Roberta jamás se acostumbró a su olor natural, por lo que las sesiones amorosas fueron disminuyendo poco a poco y la “Chicles” decidió iniciar un negocio propio vendiendo placer a quien lo solicitara previo pago, claro que le pasaba al “Escapes” una módica cantidad por el uso del cuarto. Se suponía que Rutilio González Sr. jamás se iba a enterar, pero siendo Tecojotlán de las Guayabas un pueblo tan chico, daba la impresión de que los secretos eran a gritos, así que el señor decidió cobrarse a su manera probando la mercancía a cambio de hacerse de la vista gorda; Así que “La Chicles” se tuvo que embolsar otro pene más.
El que si se habituó a algo fue el “Escapes”, que en poco tiempo le añadió a sus vicios la marihuana, la cual Roberta conseguía fácilmente pagando con su cuerpecito el cual estaba todavía muy bien formadito y menudito, no obstante el uso desmedido al que lo sometía. Con esta adicción la fragancia de Rutilio aumentó de tono considerablemente.
Así vivió semi-feliz durante algún tiempo. Su amistad con Pepe y Gumaro se hizo más fuerte y posteriormente conoció al “Liendres” y envició a Ronaldo, quien siendo cinco años más chico no formó parte del club en un principio. Fue cuando Ronaldo comenzó a frecuentar “Mi oficina” que Rutilio lo inició en las malas mañas, sobretodo la marihuana. Aquella vez estaba el “Escapes” al pie del guayabo cuando nuestro protagonista llegaba de trabajar.
-¿Qué pedo pinche escapes?
-¿Qué tranza?
-¿Qué haces guey?
-Por aquí nomás, mira pónchale, me cae que te pone bien suave.
-Nel, gracias, yo no le hago.
-Voy no que muy hombrecito, pos si nomás es un jalón.
-Cámara puto- y nunca lo hubiera hecho, el efecto que le causó fue de una hilaridad incontrolable, que aumentaba cada vez que Rutilio dejaba escapar un ruido de motocicleta por detrás, bailó, se trepó en el guayabo del cual cayó golpeándose la cabeza produciéndose un chipote bastante grande, sin embargo, le agradó el viaje y se volvió consumidor asiduo; esta nueva afición estrechó sus lazos con el “Escapes”.
Posteriormente vino el jolgorio de la boda de Ronaldo. El “Escapes” ya ebrio y marihuano le propuso matrimonio a una linda chica del pueblo a la cual había apenas conocido, él a sus 27 años ya sentía necesidad de sentar cabeza. Sin embargo, su fétida reputación, sus vínculos con Roberta y sus arraigadas costumbres hicieron que la linda chica del pueblo lo rechazara terminantemente. “El escapes” fue a llorar su desgracia a la posada e incluso trató de quitarse la vida, pero fracasó en el intento debido a la oportuna intervención de la “Chicles” quien al enterarse del rechazo fue a buscarle para ofrecerle su hombro. No fue difícil encontrarlo, simplemente fue siguiendo la estela que había dejado el rechazado en el aire y fue a dar hasta la posada, estaba amaneciendo ya; abrió la puerta y lo vio colgado de una cuerda, pero esta resultó ser muy larga y los pies le llegaron al suelo y por más que los doblaba le resultó imposible suicidarse. Roberta cortó la cuerda y le prometió que harían el amor más seguido, le dijo que el matrimonio no valía la pena, que todos lo querían a pesar de sus olores, etc y en efecto, todos lo querían, sobretodo Ronaldo, sin embargo, tiempo después él traicionaría ese querer.
Como Ronaldo trabajaba de sol a sol, un día el “Escapes” decidió hacerle una visita a Virginia con el pretexto de no tener en donde comer. Esta lo recibió muy amablemente y mientras le preparaba cualquier cosa Rutilio se le pegó en la parte trasera poniendo su erección en las bien formadas nalgas de Virginia, ésta gimió sorprendida y Rutilio le habló cariñosamente al oido, ella rió traviesamente. Él la empezó a besar y fornicaron sobre la mesa mientras una tortilla ardía en el comal, tuvieron un orgasmo acompañado de un sonoro estruendo, lo hicieron un par de veces más, pero ella le dijo que debido al olor Ronaldo podría sospechar, además a Virginia también le parecía insoportable el olor. Así el “Escapes” fue rechazado una vez más.
Al día siguiente, Ronaldo regresó a la pequeña fuente de la juventud, se sirvió un trago bebiéndolo con gran alivio, sintió como caía por su garganta refrescándolo momentaneamente. Gritó con todas sus fuerzas el nombre del español una y otra vez, cada vez con más rabia y coraje hasta que por fin recibió una respuesta. Benavides salió de la maleza parándose junto a un árbol, su semblante era mucho más macabro, su mirada tenía un toque entre burlón y malévolo, su boca mostraba una sonrisa de satisfacción como cuando alguien ha cumplido su trabajo como se esperaba.
-¿Qué deseais?
-que me liberes de esta maldición desgraciado.
-por esa nimiedad me importunas, la eterna juventud tiene un precio y ese es el de tu alma. Si nadie más bebe del DEJ serás joven y feliz para siempre, un bello inmortal campirano con el espíritu semivacío, descuida sólo viviríais con miedo mucho tiempo, pero ya te irais acostumbrando. Pero eso sí, si te llegases a descuidar y alguien bebiese de nuestro secreto...fijo morirais tío y yo tendré tu alma.
Ronaldo quiso enfrentar al espectro, pero este desapareció acompañado de una estruendosa carcajada. Sus gritos retumbaron por todo el lugar y decidió poner trampas alrededor de la construcción por si alguien llegara a descubrir el lugar, así se aseguraría de que nadie se acercase y lo condenase irremediablemente a la penumbra. Así que con esa idea se dirigió al pueblo en busca de las herramientas necesarias para la construcción de trampas dignas de un cazador, durante el camino eludió a sus amigos y conocidos quienes intrigados le cuestionaban que cosa le sucedía.
Una vez en su casa se dedicó toda la noche a la fabricación de uno de estos artefactos que podrían destrozarle la pierna a un oso si llegara a caer en ella. Ronaldo estaba como posesionado, con la mirada fija en su tarea y el sudor corriéndole por el cuerpo. Su mente estaba trastornada pero él tenía que permanecer tranquilo si quería seguir con su vida, con su interminable existencia. Virginia se le acercó para consolarlo al darse cuenta de su extraño comportamiento. Quería averiguar que le estaba sucediendo así que le preguntó por qué estaba tan raro y después de un rato de estarlo atocigando Ronaldo estalló levantándose y le gritándole fuera de si -¿Qué chingados quieres? Lo quieres verda- le dijo señalando su miembro. –es lo único para lo que eres guena.-concluyó.
La tomó y la jodió con fuerza descargando en ella toda la desesperación acumulada en su ser, Virgina gritaba y lloraba al ser utilizada sólo como artefacto sexual. Posteriormente la dejó y siguió con su trabajo hasta el amanecer mientras ella lo observaba sorprendida y asustada desde un rincón de la casa.
“GUMARO”


Él siempre odió Tecojotlán de las Guayabas, su padre era el presidente municipal, así que desde chico dio la impresión de saber lo que era el poder y se acostumbró a tener todo lo que quería sin que nadie le negara nada. Sin embargo, no todo era felicidad para él ya que su padre también estaba acostumbrado a tener todo lo que se le daba la regalada gana.
El papá era del Distrito Federal y se casó con una muchacha de buena familia del mismo lugar, pero debido a problemas con gente del partido oficial y por no cortar de tajo su, hasta ese momento exitosa, carrera política decidió aceptar el cargo y transladarse a Tecojotlán de las Guayabas con el cargo de presidente municipal. Su trabajo lo desempeñó correctamente, pero conforme pasaba el tiempo comenzó a saquear las arcas y a juntar una buena cantidad de ahorritos; no sólo de dinero sino también de culitos.
Siendo Gumaro un adolescente, muy poco antes de transladarse a nuestro pueblo en cuestión, antes de que su vida cambiara dramáticamente, de que cambiara su escuelita privada con niñitos bien a una escuela rural con niños desarrapados, antes de que todos los lujos y diversiones propias de la ciudad se transformaran en la paz y tranquilidad del campo. Antes de la partida al pueblo, Gumaro fue a visitar a su creador para pedirle algo de dinero y como siempre entraba en el despacho sin tocar la puerta, una costumbre bastante mala, lo encontró en pleno coito con la secre sobre el escritorio, para su buena fortuna ellos no lo notaron y siguieron con su acto. Esto lo impresionó bastante. Con el translado también le transladaron a la misma secretaria apodada Laurita que siguiendo el dinerito se mudó a Tecojo. También su madre conocía perfectamente el comportamiento extramarital de su marido y esto la desgarraba por dentro provocando sesiones de llanto que Gumaro también resentía, claro que el divorcio estaba fuera de discusión, como se iba a divorciar una dama de sociedad o una figura política. No había posibilidad de separación aún después de descubierto el engaño.
La naturaleza de Gumaro de conseguir lo que se proponía lo llevó a decidir que descubriría el sexo con la apetecible secretaria de su padre, además sería como un reto y para demostrarse a si mismo que podría llegar a ser mejor o igual que su progenitor.
De esa manera comenzó a asediar a Laurita con regalitos bañados con proposiciones indecorosas hasta que el interés volvió a triunfar y ella aceptó entregarle sus favores. Hicieron una cita y le pidió de favor a su nuevo amigo, “el Escapes” que le facilitara una habitación en su humilde hotel...y así se consumó otro capricho; disfrutando con una profesional de cuerpo escultural todas las delicias del sexo.
Posteriormente su amistad con Pepe se fortaleció, comenzaron a beber juntos, a conocer muchachas y ayudarse mutuamente, sobretodo cuando una desgracia se cernió sobre el pobre de Gumaro. La vida le jugó una broma pesada de muy mal gusto.
Su papá había tenido un desayuno con un capitalino miembro activo del partido, él los siguió pensando que irían a visitar a un par de chicas. A Gumaro le gustaba acostarse con las jóvenes con las que su padre había tendio que ver, era como una especie de deporte o hobby. Después de saludar cordialmente a Laurita con la correspondiente mirada lasciva se dispuso a espiar a su padre y cual sería su sorpresa al descubrir a su progenitor siendo fornicado sin ningún remordimiento por su socio, éste en cuatro puntos, sodomizado por el chilango, humillado por el partido. A partir de ese momento se entregó al alcohol destrozado por dentro. ¿Qué clase de monstruo era su padre? Al principio no se atrevió a contarle lo que había visto a nadie, ni siquiera a Pepe. Se volvió cliente asiduo de “Mi Oficina” y su caracter se hizo más duro. Este acontecimiento cortó con el buen humor que tenía en esos tiempos cuando se había anotado un punto arriba de su jefe, pero ahora todo se había desmoronado, decidió dejarlo ganar en la competencia ficticia y ya no meterse en terrenos tan pantanosos.
Poco tiempo atrás del tan emabarasoso descubrimiento el padre fue a visitar a Virginia tratando de conseguir su cuerpo a base del poder que tenía sobre los lugareños, sin embargo, Virginia casi recién casada lo rechazó, a ella nunca le habían agradado los viejos. Por supuesto Gumaro fue testigo de todo esto y poco después comenzó a cortejar a Virginia hasta que la encontró a solas lavando en el río. Él bajó hasta allí, le habló tiernamente mientras la miraba de frente realzando sus obvios atributos, sus senos se asomaban por su vestido dejando ver su magnificencia, él se agachó trás una mirada coqueta de Virginia y la besó con fuerza tomando sus senos con vehemencia, ella no se pudo resistir y levantó el vestido dejando que Gumaro la penetrara a placer. Esta fue la primera vez que engañó a Ronaldo y parace ser que lo disfrutó mucho.
La relación entre Gumaro y Ronaldo nunca fue muy estrecha; generalmente se reunían a últimos tiempos a beber en la cantina, jugar dominó y otros menesteres propios de la gente de campo. Sin embargo, debido a diferencia de posiciones sociales casi no intimaron, lo más que llegaron a tener en común aparte de los vicios fue a la pobre de Virginia.
Posteriormente se cerniría otra desgracia sobre Gumaro, en esa ocasión estaría involucrado Pepe, pero de esto hablaremos más tarde.
Ronaldo llegó a mediodía con un costal llenos de obstáculos sobre su espalda, lo primero que hizo al llegar fue empinarse un vaso y medio del elixir. Tuvo la sensación de que alguien lo estaba observando, que alguien estaba siguiendo todos sus movimientos, miró a su alrededor pero no encontró a nadie. Le mentó la madre al viento y comenzó su tarea de crear una pequeña fortaleza alrededor del lugar, colocó las trampas metódicamente tratando de recordar y memorizar exactamente el sitio de cada una ya que estaban perfectamente camufladas como si se tratara de una zona minada en algun rincón conflictivo del globo terráqueo. Cualquiera de las trampas podría destrozarle la pierna a cualquier incauto que se acercara, así se tratara de su propia madre. Otras trampas tenían la facultad o la gracia de dejar colgado a cualquiera que las pisase.
Terminó satisfecho su trabajo y se dispuso a embriagarse con el líquido. También decidió encender un cigarrillo de marihuana para calmar sus nervios. Pensó que si podía mantener el lugar seguro y vigilado su recompensa sería magnífica, grandiosa, magnánima; una inyección de optimismo le corrió por el cuerpo. Sin embargo, estaba resignado a que tarde o temprano quedaría a merced del tal Benavides, la cuestión era tratar de disfrutar la máximo la maldición y sacar provecho del don que se le había proporcionado. Trataría de enterrar al pueblo entero, incluyendo a los más pequeños y vivir por lo menos tres generaciones más. Por lo menos hasta que la civilización alcanzara y se tragara su refugio.
Se le ocurrió otra nueva idea, tal vez si moría de alguna otra manera, entonces tal vez su alma no quedaría presa del español, tal vez si se suicidara o si alguien más lo matara posiblemente quedaría excento del hechizo y se rompería la cadena, ¿Cómo no lo pensó antes?
Regresó a su casa pensando en su nueva idea, que sería lo que preferiría a la larga y a la corta también. Renunciar a la inmortalidad quitándose la vida o arriesgarlo todo por vivir para siempre. Realmente era una desición muy difícil. Por supuesto los únicos capaces de aclararle sus cuestionaminentos eran Benavides y los condenados, fuentes que no eran nada confiables, así que siguió dándole vueltas al asunto sin llegar a ninguna parte ni saber si realmente habría alguna forma de romper este puto encantamiento rural.
“PEPE”


Pepe nació en el inmundo pueblo guayabero, hijo de españoles refugiados quienes fueron a dar al pueblo por azares del destino, digamos que diferencias entre comerciantes españoles en la capital los obligaron a seguirse moviendo. Una vez que alcanzaron Tecojotlán pusieron una tienda de abarrotes la cual dio buenos dividendos e hizo que la familia prosperara y se desahogara económicamente.
Pepe siempre fue el más centrado del grupo; serio retraído, tímido y daba una impresión de madurez, esto aunado a que era el más atractivo del grupo le hizo la vida un poco más fácil.
Su vida tomó su primer giro violento cuando siendo él un adolescente viajaron a España a saldar viejas cuentas, más nostálgicas que necesarias y de paso pagar tributo a la madre patria. La hermana de Pepe que era un poco mayor, se sintió un poco desilusionada con respecto al lugar en el que moraban después de haber visto ciudades como Madrid y Barcelona. Además siendo ella una chica muy bella, decidió huir de su casa empacando su belleza para buscar fortuna como modelo en la capital mexicana. Y así lo hizo, tal como lo planeó. Una vez que regresaron, ella preparó sus maletas y emprendió la graciosa huída secretamente. Allá tuvo que hacer uso de su virginal cuerpo para abrirse paso entre el mercado hasta que consiguió una posición que le permitió vivir bien sin la necesidad de acudir a sus padres, pero desgraciadamente no era esa la vida que ella esperaba por lo que se casó con un capitalino ricachón y se olvidó de sus aspiraciones en el mundo del modelaje.
Fue cuando se hizo amigo de Gumaro que Pepé se inició en las malas artes y el alcohol. Por ejemplo, fue el mismo Gumaro quien le aconsejó que asediara a Virginia. Sin embargo, debido a su carácter reservado, no la perseguía correctamente; hasta que un día que el Pepe estaba por cerrar la tienda llegó la susodicha con el pretexto que le enseñara a utilizar cierto aparato electrodoméstico moderno, Pepe accedió inocentemente y cuando se dio cuenta ya estaba enfrascado en un violento beso que terminó en un coito sobre las latas y legumbres y alguno que otro frasco roto.
Posteriormente Gumaro le presentó a Laurita y le fue mucho más fácil y sencillo echársela al plato, además él conocía perfectamente la situación en la cual se encontraba el papá de Gumaro, ya que él era el paño de lágrimas de su amigo al cual ayudaba a ahogar sus penas con botellas etílicas que robaba del changarro. De hecho un día entre el calor de un ron con refrescos varios se enteró de las aficiones homosexuales del señor dador de vida del Gumaro, hecho que lo dejó bastante impresionado como todo secreto inesperado y perturbador que alguien descubre como la anciana que resulta ser la asesina en una novelita de misterio. Pepe se sintió mucho más comprometido hacia la amistad que le brindaba Gumaro.
Llevaba ya varios días alcoholizándose en “Mi Oficina” cuando llegó Pepe a buscarlo, se tomaron unas frías hasta que Gumaro le confesó la verdad.
-¿Qué te pasa pinche Gumaro, te veo cabisbajo, la neta es que no te entiendo, tienes todo, viejas, lana, cuates, desmadre.
-no pinche Pepe, tú eres el que lo tienes todo.
-nel, tú eres el que tiene las palancas y el poder.
-sí, cabrón pero tú no tienes un jefe puto, las palancas y el poder vienen de las puterías de mi jefe. ¡Chingada Madre!-al decir esto Pepe se quedó estupefacto y no supo de que manera consolar a su amigo. Lo acompañó en su peda toda la noche durante la cual Gumaro lloró y le contó con esos lujos que provee el detalle lo sucedido.
Sin embargo, Pepe también tenía sus propios problemas; además de haber perdido una hermana en las profundidades del concreto, su padre ya viejo lo empezó a presionar para que se hiciera cargo del negocio familiar de tiempo completo, básicamente era su turno de laborar para hacer descansar al progenitor. Por supuesto esto lo molestó en demasía ya que le cortaba toda la libertad al la cual estaba acostumbrado y si le sumamos el alcoholismo de su padre y la actitud sumisa de la madre podríamos sacar a conclusión la tremenda inconformidad de Pepe. Éste empezó a planear la manera de independizarse y salirse de su casa siguiendo los pasos de su hermanita. La única forma de conseguirlo era contrayendo nupcias con una muchacha de buena posición económica por lo que se dio a la tarea de buscar una esposa cándida y servicial que le permitiera seguir con su vida de bohemia y peda sin igual. Por supuesto Gumaro sintió una especie de celos, pensó que perdería a su gran amigo, que Pepe estaba buscando algo que él no podría darle jamás, más sin embargo, terminó por comprenderlo y ayudarlo.
No podía hacer menos por su amigo después de todo el apoyo que recibió de éste en los momentos de crisis; sobretodo cuando Gumaro descubrió las puterías de su padre.
Posteriormente Gumaro conció a una muchacha recién llegada a Tecojotlán; Mercedes, una linda chica de Tierra Blanca Zacatecas, de cabellos rubios y una carita inocente. Su familia era de una posición desahogada económicamente. No obstante lo anterior, ella estaba muy interesada en llevar una vida plagada de lujos, dinero y poder, por eso no le importó cuando Gumaro se dio a la tarea de enamorarla. Parecía embrujado con esa carita de ángel y ese cuerpo de primera línea, parecía una nereida cuando bajaba al río a contemplar su reflejo en el agua. También Pepe dio una opinión positiva con respecto a la nueva moradora del pueblo chico que daba la impresión de contener un infierno grande.
Sin embargo, debido a los problemas que enfrentaban tanto Pepe como Gumaro comenzaron a salir los tres a todas partes. Meche siendo una inocente muchacha pero con sobradas ganas de divertirse no le importó gran cosa la situación. Como tampoco le importó empezar a beber desde jarritos y curados de guayaba hasta tequila y mezcal con todo y gusano. También se echó sus gallos, experimentando cualquier cantidad de cosas que la llevaran un poco más allá de la realidad. Lo que no le permitía a Gumaro es que le robara su virginidad, siempre le daba largas mientras coqueteaba sutilmente con Pepe, quien se sentía mal al darse cuenta que él era el preferido de mechita. Sin embargo, volvía a casa y se enfrentaba a la problemática de sus prgenitores Macho-borracho y Luisa-sumisa y tenía la necesidad de escaparse y lo hacía a través del alcohol. Alguna que otra vez se fumaba un gallo de marihuana con Pepe y Mechas en la punta.
Virginia por alguna razón le negó más favores y además que el Pepe sentía gran simpatía por Ronaldo. De hecho, fue el mismo Ronaldo quien lo acompañó de farra cuando Gumaro le informó que se iba a casar con la blanca zacatecana. Pepe le confesó a Ronaldo y a la “Chicles” que la linda Mercedes le inspiraba amor, ternura y pasión. Mas sin embargo, Gumaro era su mejor amigo y no le podía fallar. Aquella noche terminó fornicando con la “Chicles” en estado catatónico.
Ronaldo llegó como todos los días posteriores al descubrimiento por su dosis de conservación. Apenas había dado un sorbo al líquido de anti-vejez cuando detrás de él se lazó la figura de Benavides; en esta ocasión con un rostro diabólico, una expresión fría y dura como una roca. Esto le enchinó el cuero a Ronaldo que se supone se había ya acostumbrado al miedo.
-contestaré tus dudas estúpido mortal, ya que así lo queréis, si por alguna circunstancia ajena al DEJ llegaráis a morir, de cualquier manera tu alma quedaría en mi poder, estáis a mi merced. Lo único que te puede salvar es la inmortalidad. Que te he jugado una buena broma- dicho esto se esfumó en el aire sin dejar rastro alguno, ni siquiera alguna huella en donde se suponía estaba de pie. Al final lanzó una carcajada siniestra que llenó de coraje a Ronaldo.
Esa misma tarde mientras Ronaldo esperaba el crepúsculo sentado sobre una roca un poco ebrio y deseperado salió a su encuentro un peón de algún pueblo vecino. Éste le pidió amablemente un trago de su bebida para mitigar su sed pero lógicamente Ronaldo le dijo que se largara.
-buenas tardes patrón, me podría dar un trago de su cheve, es que el pinche calor estuvo duro.
-Lárgate por donde vinistes.
-Por favor patrón, nada le cuesta-insistió el peón ya molesto y sin comprender la razón de la negativa.
-ya te dije que te largaras hijo, estás perdiendo tu tiempo- contestó Ronaldo con un sentimiento mezclado de preocupación y enojo al ver que realmente cualquiera podría dar con el refugio doriangrayesco.
-¿Qué te pasa pinche mamón? Te voy a partir la madre la neta si no me das de tu chave- dicho esto nuestro héroe se sintió amenazado y sacó su puñal lanzándolo contra su interlocutor partiéndole la frente en dos mitades.
Benavides salió literalmente de la nada flotando por los aires mostrándole su rostro malévolo con una gran mueca de burla en él. El español estaba consiguiendo hacer de la vida de Ronaldo una pesadilla, ahora lo había hecho que matara para sobrevivir, cosa que el guayabero jamás había hecho ni tenía pensado hacer jamás; sin embargo allí estaba la prueba, el joven ensangrentado tirado inerte en el suelo. Una vez más Ronaldo se sintió el ser más desdichado sobre la tierra. Pobre de mí, pensaba en voz baja sabiéndose condenado al mirar el rostro húmedo de sangre del peón al que acababa de aniquilar. A pesar de que Ronaldo no tenía grandes convicciones religiosas, sí creía en un Dios omnipotente y castigador y estaba seguro de que aunque consiguiera escapar del hechizo del DEJ Dios lo estaría esperando al final del camino o a la salida de esa dimensión de oscuridad para patearle el culo mandándolo a un infierno indescriptible lleno de castigos indecibles propios de los asesinos, violadores y herejes. La resignación sonaba como el camino más viable a seguir.
“EL LIENDRES”


Originario del pueblo siempre se distinguió por ser el mierda y el oportunista del club. Su verdadero nombre era el de Salvador de la Vara lo cual como es de imaginarse siempre le causó problemas debido a la cantidad de chistes que le llovían encima y de bromas que se jugaban alrededor de su persona. “Salvame esta vara” “Salvador de la te sientas” “Ayudante de los genitales masculinos” “Consolador” y algunas otras frases ingeniosas que lo molestaban. Él se defendía pretextando que su apellido era de alcurnia y que los demás lo molestaban por envidia.
Era un tipo jugador y parrandero por naturaleza y desde muy chico vivió metido en contratiempos debido a sus trampas y malas jugadas. Su infancia estuvo plagada de problemas de disiplina. Sin embargo a sus padres no les importaba gran cosa el hecho de que su hijo se estaba convirtiendo en un malechor o malandro por lo que él pudo continuar con su vida nada ejemplar.
Su nuevo sobrenombre se lo colocó “La Chicles” después de un round amoroso en el que se percató de los pequeños bichos que moraban en el pubis del Parador de la Vara. Beta se encargó de gritarlo a los cuatro vientos llegando su voz por todos los recovecos del pintoresco pueblo guayabero, cosa que realizó por venganza al verse infectada por los parásitos. Sin embargo, por andar de rencorosa y ladina, perdió mucha clientela por algún tiempo ya que todo el mundo tenía miedo de ser víctima de los efectos del padeciemiento iniciado por Ladrador. Así que los dos se tomaron un afecto negativo.
“El Liendres” a pesar de sus esfuerzos nunca pudo meterse entre las bragas de Virginia, esta lo rechazó a) por miedo, b) por la ignorancia hacia una nueva enfermedad que ella desconocía por completo pero que sabía que había matado gente en otros países lejanos y c) porque el “Liendres” era muy boca floja, cosa que desagrada de sobremanera a las mujeres que practican el adulterio de manera regular. Esto provocó que “el liendres” fuera más insistente y levantara sospechas; esto aunado a su fama de traidor, lo cual también la había costado una cicatriz en el rostro producto de una riña con un trailero, logró levantar la desconfianza por parte de Ronaldo hacia su persona.
En muchos chismes y contratiempos que se sucitaron en el pueblo guayabero, él estuvo involucrado, metiendo cizaña entre Pepe y Gumaro, Ronaldo y Virginia, “La Chicles” y “El Escapes” etc. De hecho siempre le tuvo envidia a Ronaldo quien empezó a desconfiar de él cuando días antes de su boda con Virginia éste se le acrecó para tratar de disuadirlo de la unión con la femina.
-chale pinche Ronaldo, no te cases con esa vieja, es re puta, se me hace que con todo el pueblo le ha puesto.
-bájale de huevos pinche liendres, a nadie le consta guey, ademas está re chavita.
-hazme casi hijo, no creas que te lo digo nomás porque sí.
-ya estuvo hijo, es mi vieja y se acabó y no andes hablando mal de ella loco porque te parto tu madre- Ronaldo lo mandó a la chingada por primera vez y no sería la última y aunque “El Liendres” tenía algo de razón aún sin saberlo, Virginia nunca le puso el cuerno antes de la boda y de hecho le entregó su primera vez al protagonista de esta tragicomedia mexicana en varios actos.
Sin embargo, el andar de fisgón y metiche le sirvió de algo para su miserable vida, fue una tarde que siguió entre los guayabos al quierido presidente municipal y a un trajeado de la capital cuando aseguró su futuro en lo económico al menos.
Él estaba seguro que los sorprendería en un algún acto ilícito como tráfico de drogas o corrupción de alto nivel. Hacía algún tiempo que se le había hecho costumbre al Nalgador llevar una cámara fotográfica lo que era una buena idea para él ya estaba siguiendo gente importante del pueblo. Pero cúal sería su sorpresa cuando el trajeado comenzó a acariciar al presi y posteriormente le bajó los pantalones seguidos de los calzoncillos y presenció un acto homosexual en pleno. Rápidamente tomó unas instantáneas como pruebasen donde quedaron impresos hasta los rostros asombrados de los dos amantes. De ahí subió el nivel de vida del “Liendres” quien se aseguró de esconder bien las evidencias y de que si algo le llegara a suceder, digamos la mierte imprevista por algún accidente maquiavélicamente planeado, todo el mundo se enterara de las costumbres putescas del amado presidente municipal destrozando por completo lo poco que queda de su carrera política y si no conseguiera que todo el mundo se enterara por lo menos todo el estado.
“El Liendres” nunca se casó, pero sí vivió mucho tiempo en compañía de una mujer cuyo nombre era Laurita. Efectivamente la mismísima secre del presidente municipal, no es que haya sido parte del chantaje pero ésta una vez que se percató que la enfermedad que daba el mote a Chava ya había desaparecido y había aparecido en cambio cierto sobre con ciertas copias de ciertas fotos sobre el escritorio del presidente con el remitente a nombre de Salvador de la Vara, se hizo su amante y de hecho se fue a vivir con él. De todas maneras, los gastos de ella eran sufragados por la cabecera municipal y ella sabía que mientras existieran esas fotos y siguiera vivo su concubino estaría asegurada. Esta mujer se había abierto paso por la vida gracias a su escultural cuerpo que ya había pasado por tres oriundos guayaberos antes de establecerse con “El Liendres” quien la trató bastante bien dándole su lugar como si fuera su misma esposa.
A pesar de que su vida cambió con la llegada de su mujer que lo satisfacía al cien por ciento nunca cambió su costumbre de espiar a la gente y ahora se dedicó a escudriñar la vida de Pepe y Gumaro pensando que tal vez tendrían las mismas costumbres que el padre biológico de Gumaro.

Ronaldo enterró el cuerpo y se preguntó que sería del alma del desafortunado viajero, pero no se podía arriesgar de ninguna manera, tal vez tendría que matar a todo el pueblo antes de ceder ante la perdición. Vivir o morir condenado. Esa noche decidió seguir emborrachándose y dormir un poco bajo el manto de las estrellas, al fin y al cabo el DEJ nunca escasea en su producción etílica.
Poco después de media noche tuvo una visita, hasta cierto punto inesperada, pero a esas alturas del partido cualquier cosa podría suceder y no sorprenderlo. En esta ocasión el que se le apareció fue el amigo de su jefe (padre). Él había sido un recolector de guayabas que había desaparecido hacía poco tiempo sin dejar huella alguna. Ronaldo lo reconoció, lo había visto cuando lo visitaron toda la legión de espíritus y no le había gustado la manera en que lo miraba en aquella ocasión. Esta vez estaba mucho más cadavérico, le faltaban pedazos de piel y el pelo se le caía a girones, su color se estaba tornando en el mismo gris que había visto en los otros espectros, estaba convirtiéndose en un ser horrible y mosntruoso.
-no te culpo, fuistes engañado igual que yo, me condenastes a vivir en este purgatorio con el español maldito, ahora mi alma nunca encontrará la paz, pero ya te perdoné, porque sé que tarde o temprano estarás con nosotros.
-perdóneme, no sabía que condenaría a alguien-respondió Ronaldo al tiempo que lloraba lágrimas de alcohol.
-sólo espero que tú sí nos puedas salvar, que encuentres la forma de matar a Benavides.
-pero ¿Cómo?
-no lo sé, si lo supiera no estaría penando idiota.
-debe de haber alguna manera.
De pronto la conversación se vio interrumpida por el estruendo de un caballo, era Benavides en su corcel negro, cada vez más endemoniado hizo desaparecer al difunto y maldijo de nueva cuenta a Ronaldo como si ya disfrutara de su alma mordiéndola con sus dientes negros de odio.
Ronaldo quedó inconsciente tumbado sobre el pasto escaso que había alrededor de la destilería, por lo menos ese día podría descansar en paz y escaparse de su horrible realidad.
-Ya pensaré en algo, ese maldito español no se saldrá con la suya, lo voy a acabar auqnue sé que podría ser lo último que hiciera en mi pinche puta vida, pinche Ronaldo, ora sí que la hicistes buena- alcanzó a decir para si mismo mientras todo le deba vueltas a su alrededor y sus párpados se negaban a permanecer abiertos, estaba bastante ebrio.
“VIRGINIA”


siempre fue una niña tímida y reservada, inocente e ignorante, dulce y curiosa pero sobretodo ignorante debido a la poca educación y pobreza de sus padres quienes también laboraban en la recolección de guayabas, el producto lider de la región; al igual que su hija tembién eran inocentes e ignorantes, tímidos y reservados, pero no tan ducles ni tan curiosos, sino más bien chapados a la antigua a la usanza de cualquier familia de descendencia más indígena que española habitantes de estos pueblos semi olvidados por las manos del gobierno. Virginia casi nunca salía de su casa a no ser que fuera a algún mandado como sacar la leche de la tienda, ir por el pan y otros menesteres propios de la casa.
Cuando cumplió quince primaveras inició sus labores en los campos guayaberos y allí fue en donde se percató que había un muchacho fuerte y atrevido que la miraba insistentemente sin poder reconocer que la mirada esa lasciva y voluptuosa provocada por el vestido aguado y la falta de brassiere. Así que cuando Ronaldo se acercó por primera vez se enamoró de sus pequeños pero bien formados senos que se asomaban por el vestido. Ella se sonrojaba sin razón aparente y él comenzó a memorizar los horarios de cuando ella salía a hacer algún mandado, logró aprenderse la hora del pan, de la leche, té, chocolate o guayabas. Un día él la besó y ella le dijo que se casaran para poder descubrir el sexo, de otra manera ella no aceptaría entregarle su castidad. Él conocía el sexo ya de a atrás tiempo, pero a pesar de todo accedió y se hicieron los preparativos de la boda la cual se desarrolló en medio de borrachos, cohetes, chismes, un intento de suicidio, un novio que tuvo una erección durante la ceremonia religiosa y después en intervalos de diez minutos, una novia virginal que lucía espléndida, gases, bailongo, mariachi, tequila y por supuesto curados de guayabas. Ronaldo sólo deseaba salir de allí y llevarse a su ninfa revozante de juventud, frescura y por supuesto una vagina inmaculada. Esa noche sintió el miembro de Ronaldo quien la penetró dulce pero firmemente sin darse cuenta de que estaba convirtiendo a Virginia en una ninfómana. Después de disfrutar el pene de Ronaldo por ciento y una noches comenzó a fantasear con los penes ajenos y así bajo la mínima insinuación cayó rendida ante Gumaro, “El Escapes”, Pepe, incluso un trailero que repartía gallinas, lo hiceron en la parte de atrás entre plumas y huevos. Sin embargo, ella todavía quería a Ronaldo, fue él quien la enseño a realizar todo lo que sabía, y ahora lo veía tan extraño que se empezó a preocupar, además “El Liendres” seguía tras de sus huesos (no precisamente) y ella sabía que no se podía defender por mucho más tiempo y la boda de Gumaro y Mercedes ya estaba muy próxima y su marido no daba señales de mejoramiento.
Incluso fue a consultarle a “La Chicles” de que manera podía volverlo a la normalidad. Intercambiaron poses, la chiclosa dando una catedra kamasútrica y la ex-virgen atendía como una ávida estudiante. Una vez caliente la plática pasaron del dicho al hecho y así Virginia experimentó su primera relación lésbica y su primera relación con la marihuana, no así la Chicles que ya era versada en las dos materias y le procuró un sexo oral que Virginia jamás olvidaría. Por supuesto siguió frecuentando a “La Chicles” tanto para pedirle consejo como para seguir con relaciones exuales y con la marihuana. Hasta que un día “La Chicles” le empezó a cobrar tanto las enseñanzas como la droga.

Ronaldo regresó a su casa bastante crudo, con la resaca moral que nos pesa mucho más que la física a la que sólo basta un par de cheves y algún caldo picoso o picante, que no es lo mismo, para aniquilarla por completo, pero con la resaca moral...Ese es otro asunto muy aparte, esa se queda impregnada en la parte de atrás de tu conciencia esperando, acechando, lista para recordarte tus errores cometidos debido a tu falta de principios y finales. Virginia lo recibió cariñosamente pero Ronaldo y su cruda moral la rechazaron dirigiéndose hacia la cocina por un vaso de agua que por lo menos apaciguara la cruda física.
-mañana es la boda del Gumaro y la Meche.
-a mí que chingados me importa.
-son tus amigos Ronaldo.
-lo sé, ahora déjame dormir un rato.
-vamos a coger Ronaldito, hace mucho que no cogemos, mira, inventé unas nuevas posiciones y ahora no me quieres ni tocar.
-no me estes chingando-le contestó Ronaldo mientras se acomodaba para dormir, mientras Virginia se sobaba la vagina tratando de calmar el ardor y la picazón que sólo satisfacía con penes, otras vaginas, dedos, lenguas y ectéteras ajenos.
Mientras tanto, Pepe se encontraba con Meche por alguna casualidad del destino caprichoso cerca del plantío. Sus caras se llenaron de sorpresa acompañada de una sonrisa lo más ámpliamente posible. Quizás fue en ese momento en que se dieron cuenta de que estaban enamorados. Quizás en ese reconocimiento de profunda alegría que sintieron al encontrarse. Sin embargo, de inmediato sintieron un dejo de culpabilidad al recordar a Gumaro y saberse atraídos irremediablemente. Pepe le planteó la situación con palabras que salieron desde algún rincón profundo de su cuerpo. Ya no lo podía ocultar más. Se besaron. Él le levantó la falda e hicieron el amor al pie del guayabo con una intensidad mágica. Mercedes le había entregado a Pepe lo que le correspondía a Gumaro según las reglas convencionales de una sociedad mexicana. Después decidieron escaparse pensando que su amor era uno de esos de las novelas románticas que tanto fascinaban a Meche y que podrían vivir lejos de todo y de todos mientras se tuvieran el uno al otro y de pronto todas las cursilerías dejaron de serlo y con escaso equipaje salieron rumbo a la carretera después de que Pepe se autorobó en la tienda. Desparecieron en un camión de redilas que se dirigía hacia la capital monstruosa del país. El problema estuvo en que “El Liendres” se dio cuenta de que Pepe y Gumaro no eran jotos, sino que babeaban por la misma mujer, una linda zacatecanita. Así que fue con Gumaro y le platicó todo lo que había visto a la sombra del guayabo. Por supuesto Gumaro no le creyó, pero al iniciar sus averiguaciones “nomás por no dejar” confirmó lo dicho por Vara cuando nadie sabía nada de los dos prófugos de la sociedad y algunas prendas y una maleta habían desaparecido también como la lana de la caja de la abarrotera que permanecía cerrada bajo el sol estival. Sintió que el mundo se le desplomaba bajo sus pies, rabia, ira, frustración, verguenza, humillación, todo cruzó por cabeza. Un hombre fuera de sí y con poder es bastante peligroso. Gumaro comenzó a mover sus influencias y su dinero de inmediato y las siguió moviendo hasta que poco tiempo después dio con el paradero de los amantes furtivos; estaban viviendo en un pequeño pueblo cercano a Cuáutla. Sus vidas terminaron con una misteriosa explosión de gas. Nadie nunca hubiera sospechado nada de no ser por la nota que dejó Gumaro explicando la traición de la que fue objeto, incluyendo el escándalo pueblerino de la boda cancelada a pocos días de celebrarse. Gumaro confesó el asesinato que cometió, aunque sin detalles y de una manera muy vaga, pero los polis tuvieron que recoger la cabeza de Pepe en el otro lado de la calle, su cuerpo quedó irreconocible, una masa chamuscada y sin cabeza. Meche también quedó incompleta y de color negro. Parece ser que los dos murieron inmediatamente y sin mucho dolor, con la única excepción de la sensación de su sangre y cuerpo hirviendo rápidamente. Para rematar su faena, Gumaro divulgó la homosexualidad de su creador quien se vio severamente afectado tanto política como emocionalemente. Al “Liendres” le salió el tiro por la culata. Gumaro amaneció un día bañado de sangre en su tina, sus muñecas habían sido cercenadas por él mismo. Pocos días después su padre apareció sobre el escritorio de Laurita, quien abandonó al “Liendres” al siguiente día, con un agujero en el cráneo. Laurita se volvió frígida a partir de ese momento. La esposa salió del pueblo en compañía consoladora de otro trajeado de la capital.
En el inter de aquella tragedia que sucedía a sus amigos, Ronaldo creía haber ideado la manera de acabar con el español maldito. Si lograba hacer que el bebiera del líquido procedente del DEJ tal vez el efecto se invertiría quedando todas las almas en libertad y la de Benavides condenada al limbo para siempre o por los siglos de los siglos. Se dirigió hacia la destilería después de estar formulando su plan para engañar a su enemigo durante días. Estaba seguro que lo conseguría auqnue se le fuera la vida en ello, no sólo conseguría la salvación de su alma sino la libertad de todas las almas engañadas por el español desgraciado a lo largo de 500 años. Tomó un trago del elixir, que ya lo había acabado de convertir en alcohólico y caminó por entre la hierba cuando escuchó un ruido espantoso que parecía ser un grito de su mujer. Corrió a verificar y encontró a Virginia con el tobillo destrozado y atrapado en una de sus trampas que bien podría haber tirado a un oso. Ronaldo la consolaba cuando se apareció Benavides como siempre repentina e inesperadamente. Sabía que su esposa se estaba desangrando, casi tenía el pie separado de su cuerpo y la “hemorragia bonita de pierna chiquita” estaba drenándole la vida lenta y dolorosamente. Ronaldo sabía que su esposa moriría si no le daba el elixir, pero no sabía a ciencia cierta si eso detendría la hemorragia. Pensó en tratar de engañar a su enemigo primero y le ofreció su alma a cambio de que le diera un trago al líquido, el ibérico titubeó ante tal inusual proposición mientras Virgina deliraba, estaba a punto de perder el conocimiento.
-mi esposa se muere pinche español de mierda, dale un trago para que yo me pueda morir con ella, la inmortalidad no me interesa si ella muere por mi culpa.
Benavides siguió pensando como si esperara a que pasara algo que no estaba en sus planes, Ronaldo trataba de que Virginia se mantuviera despierta, sabía que en el momento en que se desmayara jamás volvería a despertar. De repente, Ronaldo se sintió desfallecer, cayó de rodillas, se sintió débil como si se le estuviera yendo la vida, miró a su esposa desangrándose llorando una lágrima solitaria al comprender que ella estaba inconsciente y él agonizando. ¿Lo había conseguido? ¿Había Benavides tomado de la copa del diablo? Lo buscó con la mirada y lo miró erguido, triunfante y victorioso con una sonrisa suficiente y malévola. Volteó la vista hacia el DEJ y se le heló la sangre. Quiso gritar pero el terror y la desesperación se lo impidieron, cayó de bruces y desde el suelo agonizante observó oprimido al “Liendres” bebiendo del elixir seguido por “El Escapes” y “La Chicles”. El desgraciado de la Vara había seguido a Virginia para acosarla cuando descubrió el DEJ, Virginia venía siguiendo a su esposo para averiguar el por qué de su comportamiento y aclarar todos los acontecimeintos sucedidos en aquellas fechas. “el Escapes” y “La Chicles” venían siguiendo al Salvador del Palo porque querían averiguar el por qué de su enriquecimiento repentino y saber si se podía participar de alguna forma en lo que estaban seguros era una movida chueca. Ronaldo no sintió más su cuerpo, lo vio inerte mientras flotaba convertido en una alma en pena, en un fantasma parte de un sembradío de guayabas encantado, también vio como discutían chava, beta y Ruti. Benavides rio estruendosamente mientras su expresión cambiaba y se volvía monstruosa y sus ojos como carbones encendidos. Ronaldo vio el horror y la maldad en toda su expresión por primera vez en su existencia. Ronaldo alcanzó a ver también como “El Liendres” y “E Escapes” se desplomaban ya sin vida, serían sus eternos compañeros ahora. Los cuerpos cayeron pesados mientras Benavides se presentaba amablemente con una “Chicles” anonadada. Ella había bebido de la cerveza al último.

OSWALDO PEREZ CABRERA

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