lunes, 28 de septiembre de 2009

Todos somos indígenas

Los pueblos indígenas han sido, por regla general, discriminados, menospreciados e incluso exterminados a lo largo de la historia moderna. Han sufrido masacres a manos de los europeos siendo colonizados una y otra vez en todos los rincones del mundo por los “poderosos” cuyo poder se basa en las armas y la violencia que se han traducido en poder económico. En toda latinoamerica, Asia y África se han sufrido estás injusticias que hasta la fecha han dejado millones de personas sumidas en la miseria y la ignorancia. Incluso en el continente europeo se someten pueblos enteros en contra de su voluntad. Los gobiernos tienen la mala costumbre de dictar sentencias sobre los ciudadanos sin respetar la voluntad o las costumbres milenarias de muchos de ellos. Se ha transculturizado buscando que los indígenas pierdan su idioma, su historia y sus tradiciones “paganas” tachándolos de “indios ignorantes” “salvajes que no saben lo que es bueno para ellos” y “seres peligrosos, ya sea por delincuencia o terrorismo”. Con esos pretextos la iglesia católica los ha querido evangelizar trayendo miseria y abusos, abriendo la puerta para que los inversionistas lleguen a robar los recursos y contaminar las tierras. Es muy claro y ha sucedido una y otra vez en diferentes partes del mundo y cuando los indígenas se organizan o se rebelan, son reprimidos por conducto de la fuerza. ¿Hasta cuándo vamos a permitir estás barbaridades? La Vanguardia de Vancouver apoya la libre autodeterminación de los pueblos a los cuales definimos como un grupo social cuyo idioma y costumbres comunes difieren del resto de la sociedad amalgamada. Creemos que todos tienen derecho de vivir en paz dictando sus propias leyes de acuerdo a sus formas de convivencia independientemente del territorio en que se encuentren, ellos no dibujaron las fronteras modernas. En ninguo de estos grupos se permite el asesinato, la violación o el robo que sí son permitidos en las guerras por conducto de soldados mercenarios a sueldo al servicio de los poderosos mediante un amor falso a la bandera de un imperio o país. Por eso hay que apoyar las cumbres indígenas y los encuentros de las primeras naciones, hay que rescatar sus costumbres antes que se pierdan en el olvido, sobretodo desde el punto de vista artístico y cultural son loables, muchos de sus conocimientos se podrían y se han aplicado para el beneficio humano, pero eso no conviene para el gran poder económico. Libre autodeterminación para los pueblos. Basta de represión a los indígenas. Basta de racismo. Todos tenemos sangre corriendo por nuestras venas. La verdadera ignorancia estriba en aquel que se siente superior por tener distino color de piel.