miércoles, 4 de febrero de 2009

Podría ser peor

Mientras usted se toma su latte y se queja del frío invernal hay niños que se cubren con madera podrida entre los escombros de su ciudad derruida con el estómago vacío. Mientras usted piensa como hacer para joder al vecino o para transarse al gobierno, las bombas caen en racimos contaminando el ambiente y buscando un despojo inmobiliario por la fuerza bruta. Mientras ve en la televisión su reality show favorito, que lo único que tiene de real son las cabezas vacías de los participantes, en Palestina se lleva a cabo un genocidio a manos de los judíos sionistas. Mientras la telenovela endulza sus vidas vacías, en el África se llevan a cabo genocidios orquestrados por el occidente y perpetrados por los mismos hermanos de sangre. Mientras usted se emociona con las historias de Hollywood familiares, en su país hay escenas aún más familiares, células sociales muriendo de hambre y luchando por sobrevivir porque ese sistema que usted adora los ha llevado a la ruina en beneficio de unos pocos. Cada vez que fuma un cigarrillo, consume una Coca cola, va a un establecimiento de comida basura, además de dañar su salud está contribuyendo a enriquecer las arcas de la guerra. Así vivimos, sumidos en una ignorancia y en una apatía feroz.
Sería mucho pedir que se una a organizaciones de ayuda no gubernamentales o a la Cruz Roja para tratar de cambiar el mundo.
No sería justo animarlo a explotar sus talentos para usarlos con un fin educativo o para que instruya a la población iletrada. Mucho menos que arriesgue su vida en una revolución o visitando los lugares más peligrosos de la tierra. Además que muchos de ustedes no tendrían la capacidad ni la preparación para hacerlo. Hay que reconocer nuestros límites y lo más seguro es que sería encarcelado por sedicioso o asesinado por terrorista. Resulta peligroso entrarle a los toros por los cuernos. Pero por lo menos no caiga en sus juegos comerciales, no contribuya al deterioro del medio ambiente ni a la pobreza de los seres humanos.

El cambio se tiene que gestar primero en nosotros mismos, de la piel para adentro y no esperar a que Súper Obama venga con la varita mágica a solucionar todos los problemas. Él también responde a intereses siniestros y que no les quepa duda que su vida también correría peligro si se sale del Huacal. El cambio debe iniciarse apagando la Televisión, dejando de consumir basura, estudiando, informándose de lo que sucede en el mundo, saber quiénes son sus líderes y presionarlos, apoyar la economía local y los pequeños negocios. Una vez que deje de comprar marcas comerciales de dudosa reputación entonces comience a educar. Creo importante que algún día regresemos a nuestros países a preparar a la gente que habita allá aunque sea de a poco.

Lo primero que hay que hacer ese mes es ignorar la trampa comercial de San Valentín. Una mamada cósmica. El imponernos un día para amar es erróneo. El obligarnos a comprar regalos en épocas de crisis es irresponsable. El amor se debe de regalar todos los días. El amor debe de trascender políticas, religiones, comercialismo, doctrinas, etc. Es lo único positivo que el ser humano puede dar sin necesidad de racionalizarlo o encapsularlo en alguna doctrina filosófica o dogmática. De este sentimiento se desprenden otros como la compasión, el buen humor, la amistad, la empatía, etc. No caigan en más trampas. El mundo ya está demasiado golpeado como para que sigamos fingiendo demencia. La próxima vez que vea hacia adentro, hacia sus problemas, piense que podría estar peor, que podría haber nacido en Gaza. Entonces en lugar de saciar su vacío comprando algo inútil, haga algo positivo para su entorno. De a poco, solo de a poco llegaremos.

martes, 3 de febrero de 2009

Frío



Frío. La vida me duele. El polvo se apelmaza sobre los recuerdos como la nieve cubrió con su blancura el resto del país. Estatuas en estado latente esperando volver a renacer. Cobrar vida después del congelamiento del alma. Escenas como ésta se repitieron setecientas mil veces en Canadá.

Nevada en el callejón

Israel estado asesino

Oswaldo Pérez Cabrera

El hecho que los sionistas pertenezcan a una raza que ha sido una de las más perseguidas a través de su historia no les da el derecho de masacrar a un pueblo. El haber sido víctima no justifica ser victimario. Sobretodo si la raza oprimida ya vivía en donde los israelíes fundaron su naciente estado bajo la premisa que los libros sagrados les dieron posesión eterna de dichos territorios. ¿Y los que vivían ahí qué? Israel como todos sabemos fue un regalo a los judíos por parte de la Gran Bretaña apoyado por EUA y los vencedores de la segunda guerra mundial, sobretodo con la colaboración de la antigua URSS que mandó a miles de judíos a poblar la zona en cuestión. Metieron una colonia en pleno mundo árabe creando esta nueva cruzada.

Durante los últimos ataques se ha destruido a Gaza, una zona cuya ciudad del mismo nombre es la mayor y principal ciudad de la Franja de Gaza.. Cientos de muertos, la mayoría civiles en esta ciudad de entre 400,000 y medio millón de habitantes, la mayoría refugiados. Pareciera como si para Israel todos los habitantes de Palestina fueran terroristas, la prensa no grita lo suficientemente fuerte sus muertes. La situación dentro de estos territorios supuestamente autónomos es alarmante. Existe una crisis humanitaria de graves proporciones, se ha llevado a cabo un genocidio claro en busca del desplazamiento inmobiliario. Todos estos sustantivos y adjetivos que tanto leemos en la noticias, pierden su significado real ante lo verdaderamente atroz de la realidad palestina.
Los ataques siguen de un lado a otro, Palestina con cohetes rudimentarios de Hamas y los civiles con piedras y palos mientras que Israel con armamento sofisticado declarado ilegal por las Naciones Unidas por considerarlo demasiado peligroso para todos.

www.lavanguardiadevancouver.blogspot.com
www.lavanguardia.ca

lunes, 2 de febrero de 2009

Los silbatos de la ciudad

Hace 7 años que no pisaba tierras aztecas. No mucho ha cambiado en la tierra de los habitantes inusuales. La ciudad de México sigue creciendo hasta perderse en el horizonte, la mancha cancerosa que sube hacia arriba y hacia los lados. Los montes se cubren de casas. Aquí habitan todos. Aquí convive la pobreza extrema con la abundancia y una clase media que se sigue quejando pero no para de gastar, mas bien de endeudarse. Todos tienen automóvil y la mayoría debe mensualidades de los mismos. La corrupción está metida hasta en las uñas del carnicero. Un estudio demostró que el 80% de los policías no son calificados o aptos de confianza para vigilar a los ciudadanos. Pero su presencia es inevitable para el ojo. En todos lados hay patrullas con torretas prendidas, “No queremos que sea un estado policial” dicen los perredistas, luego del Acuerdo de Seguridad que se implementó hace cinco meses por el aumento de los secuestros, los cuales, junto con los asaltos, son cosa de todos los días. Si no mueren famosos secuestrados, las autoridades no reaccionan.El partido Verde, que es una burla en si, pide Pena de Muerte. La solución para ellos es regresar al medioevo.

Los silbatos de la ciudad; el de las tortillas, el de los camotes, los organilleros, las bocinas, las sirenas, los fuegos artificiales, el afilador, un concierto de sonidos callejeros.
México también es la ciudad de la cursilería, las canciones no pasan de moda desde hace treinta años. A la gente le gusta llorar por sus amores perdidos.
Los peseros hacen parada en en cualquier parte, hasta en el carril de enmedio. La gente cruza las calles donde puede y los automóviles viajan muy pegados unos de otros, rozando los metales, la histeria se apodera de todos, el tráfico es a vuelta de rueda. Ya no caben más coches ni personas.

El DF es la ciudad de las bardas y las alambradas, donde todos quieren vivir en fortalezas comunitarias que los separen del resto del vulgo, el populacho peligroso. También es la ciudad de los topes y los baches. Es que aquí donde uno de los 28 millones de habitantes es la paranoia (¿o serán 30 ya?) La democracia nunca ha venido ni siquiera de visita, hay destellos y lo más cercano a ella son las marchas cotidianas de los ciudadanos reprimidos y explotados. La miseria se refleja en cada crucero y en cada semáforo donde el circo ambulante desfila entre vendedores de chicles, limpia vidrios, tragafuegos, payasos acróbatas, niños desamparados y los que venden aguas en pleno tráfico en los ejes viales. ¿Qué decir de los ambulantes que van de vagón en vagón del metro mercadeando los 100 éxitos de cumbia o del rock de los 60, el dominio completo del verbo to be hasta mazapanes y bolígrafos.

La ciudad es insalubre, el agua trae bichos microscópicos y parásitos que provocan diarreas y males estomacales diversos. El polvo se mete en tu nariz y se respira caca seca y humo de camión. El oxígeno vivió alguna vez en esta metrópoli pero se exilió hacia la provincia. La urbe cansa. El stress definitivamente se quedó a habitar en cada uno de los seres quasihumanos que aquí conviven. Ya muchos han mutado para acostumbrarse a este entorno hostil. Han desarrollado cuerpos con grasa producto de la alimentación rica en saturados y calorías vacías. México es el segundo país con más obesos del mundo (todo por su adicción a los refrescos y a las garnachas). La comida, a pesar de ser nociva para la salud y tener efectos secundarios no deseados, aun sabe deliciosa como antaño…Probar los platillos más sabrosos del mundo tiene su precio, y no precisamente monetario.