domingo, 20 de mayo de 2007

Wolfobitch y los refugiados

Oswaldo Perez Cabrera


Bueno finalmente ha “caído en desgracia” otro de los malévolos arquitectos de la Guerra ilegal de Irak. El otrora subsecretario del Ministerio de Defensa de los EEUU Paul Wolfovitz, ha sido aislado por sus compinches y ha tenido que renunciar a la presidencia del Banco Mundial por corrupción al portarse generosamente con su novia Shaha Riza, tan poco agraciada con él. Unos 60,000 dólares al año extras o algo así. La verdad es que la suma monetaria no tiene tanta importancia ni el hecho que haya provocado un escándalo su nepotismo. Es de todos sabido (salvo la población ignorante de los estados rojos de USA) los niveles tan extremos y descarados de corrupción, tráfico de influencias, conflictos de interés, hipocresías, infidelidades, homosexualidad de closet e incluso pedofilia y no sería de extrañarse el asesinato. Lo difícil de digerir para mí, es lo torcido de los valores de la humanidad actual. Es asqueroso ver que un señor que carga con parte de la responsabilidad de la guerra de Irak, construida a base de mentiras, haya sido elegido para el cargo del banco Mundial, que a pesar de ser otro organismo al servicio del Capitalismo no compasivo, se supone sirve para aminorar la pobreza mundial.

Wolfovitz es un belicista declarado, amante de los represores, apoyó a Suharto en Indonesia en su brutal represión cuando era embajador allí, promotor de las políticas expansionistas estadounidenses, ha admitido que la guerra de Irak es porque “Irak está nadando en petróleo”. Un halcón despiadado que usa calcetines rotos y que ha sido uno de los causantes de la muerte de unos 100,000 civiles iraquíes y casi 3,500 soldados más muchos más muertos que ya ni siquiera se cuentan y le dan de premio la presidencia del banco Mundial. Pero eso sí, un escándalo que ni a sexual llegó, en el que por lo menos demostró cierta capacidad de amar a un semejante, sirvió para crucificarlo y aislarlo por inmoral. En resumen, una transita de sesenta mil y pico de dólares de las que se hace diario vale más que la vida de 1000,000 iraquíes. Es más reprobable. Los valores están tergiversados. El dinero vale más que las vidas humanas. Pura hipocresía porque de por sí la reputación del Banco Mundial no es la mejor, siempre presionando a los gobiernos a que se abran de piernas ante el falo imperialista mientras los pobres siguen siendo pobres o más pobres que nunca.

Y mientras los gringos destrozan Irak, reciben solo unos cientos de refugiados al año en su territorio y en un destello de bondad y generosidad (en sus estándares de bondad que son bastante bajos) han aceptado recibir nada más y nada menos que a 7,000 refugiados iraquíes, el problema es que si comparamos eso con los 40,000 o 50,000 refugiados y desplazados en Irak diariamente, la bondad más bien parece una limosna patatera. Siria, el país vecino ya tiene un millón cuatrocientos mil refugiados iraquíes, o sea lo que podría ser todo un país, Jordania ha recibido como 700,000 y sus sistemas de salud y otros ya están colapsándose. Siete mil ahora parece una cifra risible. Los Estados Unidos reciben lo que sería un equivalente a 4 horas de producción de refugiados de los que se dan en un año en ese país. O sea, ni siquiera un día de refugiados van a recibir. Patético. El .17% de los refugiados o sea ni siquiera el uno por ciento, ni siquiera medio punto porcentual. Y así quieren que el mundo tenga credibilidad en su Banco Mundial. Qué autoridad moral puede tener esta gente que hasta los suyos mismos los intercambian con una facilidad que hacen parecer el cambiarse de calzoncillos una tarea más ardua? Ahora, ahí les va otro dato salido del nido neoliberal. El gobierno de George W. Bush, que eroga alrededor de 30 millones de dólares diarios en operaciones militares en Iraq, reservó apenas 20 millones de dólares para la ayuda bilateral humanitaria de todo el año del 2006, informó al Senado la subsecretaria de Estado asistente Ellen Sauerbrey. Hubo casi cuatro millones de refugiados y los gringos les asignaron una ayuda menor a lo que se gastan en un día en la guerra.
Ya “cayó” Rumsfeld y Wolfovitz aunque nunca serán castigados por sus crímenes, se verán obligados a ser refugiados gubernamentales que tendrán que sufrir su exilio en alguna empresa del sector privada de las que beneficiaron con la guerra. Sufrimiento nada comparable con las familias incompletas que tienen que vivir de la limosna en alguna calle del centro de Damasco.

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