lunes, 7 de mayo de 2007

de los sueños...

En los sueños las mareas suben intempestivamente, sin avisos ni sugerencias. En los sueños las figuras tienen colores inciertos. Inexistentes en el espectro terrestre ¿Con qué propósito están diseñados? ¿Por qué es necesario escapar de la realidad aunque sea dentro de nuestros propios confines?
Por eso inventamos tantas realidades virtuales en donde verter nuestros miedos y deseos que hemos colectado a través de una historia milenaria en repeticiones de a 144 revoluciones por existencia. En los sueños, con desearlo podemos salir de alguna mala situación, ahí se puede hacer trampa y conseguir un mejor final o simplemente despertar. Tal vez la vida es parecida la muerte; es despertar. Me pregunto si mis sueños ya estarán afectados. A veces vienen en fragmentos, a veces manejo por Francia escuchando música celestial, otras en un río alto y fangoso de algún trópico caluroso lleno de pasto o playas inmensas con esas mareas inciertas. En los sueños hay infidelidades bizarras y confusiones kármicas, pero también existen revisitaciones y tráfico de almas. A veces es sólo una fotografía de algún paisajito citadino de Ámsterdam, pero viene con olor incluido y la frescura del momento. Ámsterdam está llena de fantasmas. Los sueños deben de vibrar a un nivel imperceptible para el conciente humano, tal vez, se vea la dimensión de los muertos de este lado. Sería cosa de cruzar una fina tela de espacio atemporal, de gusano cósmico para llegar a la tierra de los incorpóreos. A donde van los jugadores cuando la máquina se está recargando o está apagada, fría, perdida para siempre. Ni en los sueños existe la eternidad. En el país de los sueños se escribe sin manos decía 713avo amor. En el reino onírico, los fantasmas pueden llegar con el pensamiento, uno de esa especie en jirones me lo dijo mientras se desvanecía hacia su dimensión. A veces sueño que estoy en algún atardecer adrenalítico mexicano; la playa toma el país invadiendo hasta la capital, yo me siento atrapado mientras trato de pensar por qué he regresado y siento miedo, a veces siento miedo de caer en una trampa burocrática y quedar encerrado en un lugar; el metro corre elevado y trato de escapar intempestivamente, también en estos territorios existe la claustrofobia. A veces sufro un Deja Vú dentro del Deja Vú, y sueño sueños ya soñados, a veces voy a países en los que nunca he estado y me pregunto por qué sueño que paseo por Buenos Aires o la Isla de Pascua, ¿Serán recuerdos premoniciones? Te sueño rubia, te sueño artista, te busco. Muchas veces la gente sin rostro me advierte que el mundo está asquerosamente podrido. Debemos de aprender a soñar, a poder controlar nuestra alma mientras el cuerpo está en stand by, en reposo, en estado latente y entonces podremos salir de paseo entre las luces neón y las alcantarillas, entre grietas en el viento, sólo entonces podremos volar de verdad. Para conocer realmente la magia hay que atreverse a estirarse. Como dos melodías que se tocan juntas y logras comprobar que suenan maravillosamente al mismo tiempo, la armonía de la mañana. “Estar consciente de que estas dormido y traspasar las puertas conscientemente”. Yo me imagino reduciéndonos entre anillos hacia la nada, hacia lo etéreo por el embudo del tiempo hasta cruzarnos con almas que no precisan de máquinas para seguir existiendo. En los territorios fantasmas de Morfeo se viaja con el deseo de la mente incorpórea hacia el reverso de la vida, un poco antes de llegar a la estación de la muerte, allí se ven los lugares como si los miráramos desde atrás del espejo; los paisajes se ven en siete dimensiones aún no explicadas a los que vivimos en la tercera. A veces durante el día recuerdo ese lugar y esos somnonautas con los que conviví en mi sueño y me preguntó en donde existirán o si es que existirá ese lugar mítico para mi ser; ¿Es que existimos? Tal vez todo sea un juego perverso.

Pero últimamente sólo sueño contigo…

OSWALDO PÉREZ CABRERA

1 comentario:

Anónimo dijo...

conmigo??????????