miércoles, 18 de abril de 2007

CRÓNICA DEL QUE SIEMPRE ESTARÁ

A JOSÉ LUIS “FLIPEOSCOPIO” CARNEIRO ALIAS “EL TÍO”
Sólo recuerdo de mi vida mortal que estaba esperando el metro en la estación Chabacano. Fue entonces cuando caí del andén. Sentí un estremecimiento en todo mi cuerpo, mi temperatura se elevó en un instante; sentía arder mi humanidad y la adrenalina fluir por todo mi ser. Escuché el ruido del tren acercándose y gritos a mi alrededor, traté yo mismo de gritar, de pararme, pero fue inútil. La impotencia era desesperante. De pronto la oscuridad, toda mi vida pasó ante mí en un instante, en una sola toma gigantesca, pero fragmentada. De pronto la tranquilidad, no sentía màs mi cuerpo. De pronto la paz, el dolor había desaparecido por completo.
Me siento ligero, libre para decidir hacia donde ir, sin ataduras ni ligamentos, ni presiones de nada, todo el tiempo para mí, me puedo mover en cualquier dirección, hacia arriba, hacia abajo, pero no llego a ningún lado, sólo hay oscuridad.
Empiezo a sentir una sensación parecida al miedo, a la angustia, ¿Dónde estoy? ¿Qué hago aquí? Tengo temor por dejarlo todo atrás, temor por descubrir algo nuevo. No trataré de luchar, simplemente empiezo a flotar y me dejo llevar. Hay un silencio ensordecedor a mi alrededor. No sé si llevo un segundo o una eternidad aquí. ¿Qué me está pasando? Quiero hablar, quiero gritar, pero no emito ningún sonido. ¿Me estaré moviendo o son las tinieblas las que cambian de lugar? Pero, ¿Hacia dónde voy? Dios mío, ya no sé dónde es arriba, abajo, izquierda o derecha. Me siento perdido, pero sigo relajado completamente.

Veo una luz muy tenue y lejana, parece que se va acercando hacia mí, cada vez más cerca, más brillante, pero no me deslumbra; de pronto me siento dentro de la luz, todo es blanco y brillante, tengo una paz y tranquilidad increíble, siento amor y protección, vuelvo a recordar mi vida, la sensación empieza a desaparecer y comienzan los remordimientos. ¿Por lo qué hice o deje de hacer? De pronto el panorama cambia y se vuelve oscuridad, una oscuridad que tiene un tono rojizo, el calor es insoportable, juraría que estoy en el sol, hay otra luz, una luz naranja, me acerco y entro, ya no hay paz, sólo miedo. Ya no hay tranquilidad, sólo incertidumbre. Ya no hay negrura, sólo horror. Veo frente a mí un paisaje espantoso, es como un mar de fuego, las llamas se levantan a gran altura, veo rostros, hay desesperación, amargura y resignación. Pero todo no lo veo realmente, lo siento, todo es pensamientos que llegan a mí, es otra forma de percepción, es el séptimo sentido que involucra a los otros seis. Todo llega en una especie de imágenes vívidas, muy reales. Siento pánico, esto debe ser el infierno. ¡Dios Mío escúchame, Dios mío perdona mis pecados. El escenario empieza a desaparecer, me encuentro en la luz nuevamente, no hay palabras para describir las sensaciones, yo siempre pensé que sólo había tres dimensiones, pero esto es indescriptible. Debe haber tantas dimensiones como moléculas de agua en el océano. La luz me transmite paz y me cuestiona. ¿Qué has hecho de tu vida? ¿Hacia dónde mereces ir? Sin embargo, estoy confundido, me tomará tiempo acostumbrarme a mi nuevo entorno, no sé si soy bueno o malo. Los dos estados convergen en mí. Repentinamente me encuentro en un paisaje hermoso, todo está lleno de vegetación, plantas exóticas, frutas raras, palacios hermosos, hombres y mujeres sonrientes, llenos de luz, resplandecientes, se besan, hacen el amor frenéticamente, todo el mundo anda desnudo, hay fuentes de vino, comida abundante, manjares exquisitos de todo tipo, nadie trabaja, nadie hace nada, sólo se aman unos a otros, esto debe ser el paraíso, es hermoso, arte en movimiento, arte en vivo, el edén, la arquitectura de Dios.
La escenografía cambia nuevamente, ahora es un sitio gris, la gente esta encadenada con grilletes, todos van formados, el calor es sofocante y todos llevan gruesos abrigos, les dan latigazos, nadie puede hablar, humedad, frío, podredumbre, el calor asfixiante nuevamente, todo se conjunta y cambia a cada paso, la fila se extiende hacia el infinito, monotonía interminable, nadie come ni bebe, caminan sobre clavos, sobre lenguas de fuego, jamas imaginé un sitio tan aberrante, el fascismo es un centro de recreaciones en comparación. Sáquenme de aquí.

Despierto en la cama de un hospital, no hay nadie a mi alrededor, me encuentro solo, pero tranquilo. Repentinamente veo una figura inesperada, un rostro sin expresión, rígida, no distingo su forma y me habla sin hablar: “yo soy la muerte, la que te llevará en poco tiempo, has conocido otras dimensiones, otros mundos, universos paralelos. Dónde todo lo real es fantasía y la fantasía no existe. Dónde tus temores y alegrías son sólo sueños y los sueños no existen. Yo soy el que te guió por el sendero de lo ultranatural, de lo incomprensible, hacia la masa etérea. Y decidiré tu muerte, soy tu guardián interdimensional. No supongas que irás hacia lo que has visto o crees que has visto, no creas que despertarás del sueño de la vida y transitarás otro camino. Ahora no sabes lo que existe o no para ti, ni realmente que eres. Polvo de estrella, partículas que respiran, eres una milésima parte del todo, un error, nosotros no deberíamos de razonar, no sabes lo que es real o no en tu devenir, estamos atrapados, pero tu estas mucho más bajo, sentiría lástima por ti, pero no soy tan primitivo. Tu paseo está a punto de concluir y comprenderás muchas cosas al termino de éste para después volver a olvidarlas, nada podrás hacer. El infierno que visitaste no es nada comparado con tu infierno. En los infiernos que visitaste hay felicidad, los habitantes de él, viven felices en el temor y la desesperación, porque es lo que realmente buscan, en tu infierno la felicidad no ha existido jamás, tal vez no lo comprendas todavía.”
Seres amorfos bailan a mi alrededor, la muerte esta observando sin observar, algunos ríen, tal vez no sea la muerte después de todo, me quieren tocar, pero no pueden. Salgo poco a poco de mi cuerpo y me veo tendido en la cama, no puedo precisar que forma tengo ahora. Ellos me atraviesan, juegan burlones. Me desplazo a velocidades vertiginosas, salgo del cuarto y veo la calle, los automóviles circulan bajo de mí, la gente camina como autómatas, todos son observados, todo está controlado. No puedo ir más allá, algo me ata a mi cuerpo, un cordón plateado, todos somos títeres de algo inmenso, hay mundos paralelos al nuestros, hay caminos insondables, túneles sin fin, rutas sin destinos, rompe el aire que quiero verlos todos, quiero conocer la verdad absoluta, ¡rómpelo! estamos predestinados, como pequeños tornillos de una máquina gigantesca, El alma es eterna, nuestro mundo es un error, un experimento mal hecho, una parte disfuncional, desechos. Nadie busca realmente la felicidad, todo está desviado, nadie comprende, buscan cosas equivocadas, el fin a seguir no es correcto, todo está mal; pero entonces ¿Cuál es nuestro destino? ¿Qué mundo recorreré? Todos seremos castigados, estamos atrapados sin salida, nos tardará una eternidad aprender, evolucionar. ¡Qué horror! Qué cárcel tan espantosa en la que tenemos que vivir. ¿Por qué no se dan cuenta? ¡Reaccionen! No lo hagan, cambien por favor. “Un grito desesperado al mundo, pero vano e inútil.” Otro mensaje de la mal llamada muerte, de la trampa cíclica. “Como ves se podría decir que el cielo y el infierno no existen para ustedes. Para mi hay miles de cielos y de infiernos y los que habitan en ellos viven una felicidad que jamás podrás comprender. Sin embargo, tuviste una probada, el verdadero infierno es el que tú llamas tu hogar. Alguna vez perteneciste a la felicidad, pero ahora... ahora estas condenado. Quantillones de almas vagan en el océano universal, en los miles de mundos y los condenados van a dar a tu infierno, a donde van los que no aprenden, ni aprenderán, los que no evolucionan sino que involucionan, donde parece que estarás eternamente. ¿El espacio? No hay problema, tienen un universo a su disposición, el cual pueden destruir también. No me maldigas, sabes que eres transparente para mí, no tienes ya secretos, los secretos son un vicio propio de ustedes los condenados y una de las razones por las que estarás ahí, al igual que la avaricia, el poder, la hipocresía, su maldad específica, la represión, su falta de amor, su desconfianza, sus absurdas creencias, el oportunismo, el miedo, su estúpido razonamiento, sus mentes desviadas, sus sentimientos tergiversados la lista no acaba. Claro que puedes escapar, no dudes en preguntar, de todas maneras conozco todas tus dudas, logran salir de tu infierno o mejor dicho evolucionar a la siguiente dimensión, dos almas cada mil años de ustedes. Sólo los más fuertes de espíritu, sólo los que logran enfocarse hacia la verdad, solo los que buscan la felicidad sinceramente. Pero no pierdas la Fe, aunque la tengas extraviada ya. Ahora regresa a tu cuerpo y prepárate para tu infierno eterno.
- Doctor, doctor, ha muerto.
- No hemos podido salvarlo, pero hay una expresión de paz en su rostro, murió tranquilo.
Mientras tanto, en la sala este del hospital…
- Es una niña, es una hermosa niña.
- Felicidades mi amor, está preciosa, pero mira, mira como llora, parece que berrea, ya mi bebita linda, ¿O qué? ¿No te gusta el mundo?

OSWALDO PÉREZ CABRERA.

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