A Gaspar Fraga lo conocí una tarde en Barcelona a principios de siglo. Estaba en Barcelona caminando en el Barri Goti cuando en un kiosko, una revista llamó mi atención. En su portada estaba retratado un cogollo de marihuana enorme. La compré. La editorial tenía un mensaje combativo denunciando la guerra contra las drogas. Mencionaba la inutilidad de ésta y los billones de dólares gastados en perseguir a la gente sin ningún resultado positivo. Las mafias seguían creciendo y ciudadanos inocentes eran fichados por consumir una sustancia que resulta ser menos dañina que el alcohol o el tabaco. Sobretodo en los Estados Unidos, el castigo hacia sus pobladores es desmesurado, utilizan una cacería de brujas que pocas o ninguna vez da con los verdaderos criminales. Por aquellos tiempos estaban los mencionados metiéndose en Irak, así que la editorial tenía sus tintes anti bélicos y cuestionaba el papel de los Estados Unidos en la producción del opio en Afganistán. La siguiente página contenía un relato psicotrópico excelente, así que decidí que tenía que colaborar con esa revista. Acto seguido les mandé un cuento surrealista experimental llamado Sexo y Estática, dicho relato causó gracia en la redacción de Cañamo y se me invitó a conocer al personal.
Gaspar tendría menos de 60 años en ese entonces, con cabello blanco, largo, llevaba una coleta. Su voz aguardientosa denotaba años de fumador de todo tipo. Puro, cigarrillos y por supuesto marihuana o María como le llaman en españa cariñosamente....Me invitó a comer y después quedamos para hacerle una entrevista que se alargó toda la tarde. Desde entonces nos hicimos amigos, colaboré varias veces mandando artículos de la marihuana en Vancouver y el este de Candá, entrevistas con Marc Emery y Boris St Maurice, Renee Bojé refugiada californiana y Chris Bennett de Pot TV. Gaspar, a su vez, siempre fue colaborador de La Vanguardia de Vancouver y manteníamos una correspondencia regular. Gracias a él pude visitar Europa por segunda vez.
Gaspar nació en Madrid, España. estudió filosofía en La Sorbona de París antes que lo echaran de Francia por aventar pedazos de banqueta a los policías cuando se unió a las protestas estudiantiles del 68. Gaspar se hizo escritor y periodista a su regreso a Barcelona siendo de los primeros periodistas musicales del país. Al mismo tiempo que organizaba conciertos, también se dedicaba al comic y a veces combinándolo como en la revista Rock Comix donde incluyó a Frank Zappa y a los Rolling Stones entre otros, yo las debo tener por ahí. También escribió un libro sobre Elvis Preley y sé que dejó una novela inédita que esperemos vea la luz pronto. Gaspar siempre estuvo en contacto con la cultura manteniéndose a la vanguardia y revolucionando todo en lo que se inmuscuía. Formó la Asociación Ramón Santos para Estudios del Cannabis (ARSEC) para luchar por la legalización de la marihuana y con algunos de ellos en 1997 fundó la revista Cañamo la cual dirigió hasta sus últimos días y que llegó a tener hasta 50,000 ejemplares mensuales. Un activista incansable, un rebelde cuyas ideas y su lucha quedarán para las futuras generaciones. Gaspar Fraga murió el 17 de Octubre del 2009. Yo lo vi una semana antes en sus oficinas de Gracia, charlamos, me encargó unos artículos, me hizo un par de regalos y quedamos para almorzar a su regreso de Madrid. Ese almuerzo nunca llegó. Su salud se deterioró rápidamente hasta arrebatarle la vida. Asumía su muerte a tal grado que me dijo que quería una fiesta de cuerpo presente donde todos sus amigos pudieran tomar sus cosas y despedirse de él. “Pintándome si queren y después que me quemen”. Descanse en paz Gaspar Fraga.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario