El senado en Canadá se ha convertido en una herramienta en las artimañas del gobierno federal que sirve como una fachada democrática, pero en realidad es una burla para la población. La población no se da cuenta realmente de lo que está pasando, pues se encuentran “dormidos” o “dopados” con la propaganda democrática neoliberal.
El senado en Canadá no es elegido democráticamente, los senadores son designados por el Primer Ministro (algo que el mismo Stephen Harper criticó en el pasado). Ya podrán adivinar lo que ha pasado. Desde que entró este gobierno al poder ha llenado el senado con sus propios militantes cimentando el camino para las ideas conservadoras, no importa si estas son dañinas para la mayoría de la población que no puede hacer algo para parar esta debacle. Harper ha asignado 36 nuevos senadores todos conservadores allegados a él que reemplazaron a los que se van retierando. En total hay 105 senadores, 52 conservadorers, 49 Liberales, 2 independientes y 2 del los Progresistas Conservadores. Los señores ganan 132,300 dólares al año más viajes y comidas en restaurantes y trabajan un promedio de 25 horas semanales. Muchas organizaciones han sido críticas del PM llamándolo hipócrita ya que tanto criticó el senado cuando estaba en la oposición y ahora lo ha politizado totalmente.
Su función constitucionalmenmte hablando es la de servir a la Cámara para una segunda y sobria lectura de las leyes pasadas por el Parlamento. Su constitución tiene que ser formada para balancear la representación de la población tanto regional como políticamente. Ahora es un arma de los conservadores para pasar leyes que el parlamento rechaza. Por ejemplo la ley C-311 que había sido aprobada por los tres partidos de oposición fue derrotada en el senado 42 a 32. La mayoría del senado derrotó la ley que la minoría del parlamento no pudo.
La ley obligaba a Canadá a un objetivo a largo plazo para bajar las emisiones de gases de invernadero a por lo menos el 80% de lo que eran en 1990 para el año 2050. esto ni siquiera es una solución que vaya a mejorar el medio ambiente drásticamente ya que en 1990 ya estaba contaminado el aire. Esta ley había sido introducida por el miembro del NDP Bruce Hyer.
Normalmente hubiera tenido una segunda lectura y un debata subsecuente y un estudio hecho por un comité, pero los senadores conservadores esperaron a que 25 liberales estuvieran ausentes para llevar a cabo un voto sorpresa sin debate, sin discusiones, sin testigos y en un momento en donde gente clave que apoyaban la ley no estaban presentes.
Esta fue una ley medioambiental, pero también lo han hecho con otro tipo de leyes como la S-10 endureciendo la guerra contra las drogas que ya vemos como ha servido en México con su guerra armada y los Estados Unidos donde más consumidores hay en el mundo.
El senado canadiense seguirá adelante con las políticas derechistas sin importar ya que Harper tenga una minoría en el parlamento. Los últimos vestigios de la democracia están en las manos del pueblo.
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