El primier Ministro Stephen Harper dio una disculpa pública de parte del gobierno canadiense por haber apoyado las Escuelas Residenciales para Nativos que funcionaron en este país desde 1880 hasta los años 60s, donde muchos niños indígenas murieron y sufrieron abusos sexuales y físicos. Fue un supuesto programa de asimilación dirigido por la iglesia católica, pero la verdad era una forma racista de controlar a las primeras naciones canadienses.
Kevin Annett ha sido el vocero principal en la denuncia de todas estas atrocidades, manifestando que se necesitan investigaciones forenses para llegar hasta el fondo de este periodo desgraciado en la historia de nuestro país. Lo que sabemos es sólo superficial, muchas atrocidades aún están por descubrirse. Annett ha calificado el comportamiento de estas escuelas residenciales, que además eran obligatorias para todos los menores de 17 años, como un holocausto.
Por eso una disculpa de Harper se antoja poco sincera. A pesar que es un principio para empezar a sanar las heridas, que en palabras del Jefe máximo de las bandas aborígenes Phil LaFontaine describió como “Un cuchillo inmisericorde que corta el alma”, las disculpas no incluyeron ninguna promesa de mejoras para las reservas, ni el reconocimiento a la Carta de los derechos Indígenas de las Naciones Unidas, ni una investigación profunda sobre las conductas racistas dirigidas por eclesiásticos supremacistas quienes fueran los encargados de las escuelas residenciales. De los alrededor de 150.00 niños que pasaron por estas escuelas patrocinadas por el Estado, aún viven alrededor de 80.000.
"En el nombre del gobierno canadiense y de todos los canadienses me encuentro delante de ustedes (...) para pedirles disculpas por el papel del estado canadiense en el sistema de internados para indios", dijo Harper.
sábado, 21 de junio de 2008
viernes, 13 de junio de 2008
Tormenta en el corredor
jueves, 12 de junio de 2008
Maras salvatruchas en Canada
La policía en Toronto ha desarticulado una banda de Maras salvatruchas mejor conocidos como la MS13. Según las autoridades, llevan tiempo monitoreando las actividades de esta agrupación delictiva que se caracterizan por sus robos violentos, intimidación, tráfico de drogas y posesión de armas. Jorge Salas, Luis Salas-Reyes, Hector Sanhueza and Ronald Moratay-Cruz han sido acusados de conspiración para matar y otros 13 miembros de cargos como asalto, trafico de drogas, contrabando, posesión de dinero falso y otras monerías. Se les confiscaron 40,000 dólares en dinero mal habido, así como seis kilos y medio de cocaína y armas de fuego.
La policía dice que por lo menos hay otro miembro en British Columbia buscando expandir la organización que no reconoce ya fronteras. Nada más hay que ver el problema que estos ocasionan en los Estados Unidos (sobretodo en Los Ángeles) donde se cree que hay 10,000 miembros viviendo en su territorio y podría haber hasta 300,000 alrededor del mundo sobretodo en El Salvador, Guatemala y Honduras. Aunque también existen miembros en México y España.
Muchos miembros son contratados desde los 9 o 10 años, el promedio de edad de los miembros es de 19 años. La Mara Salvatrucha no es una mafia ni una organización terrorista, está dividida en facciones independientes. Algunos de estos grupúsculos buscan activamente nuevos miembros, pero la mayoría llegan por si solos.
Las Maras como la mayoría de las bandas tienen sus orígenes en problemas sociales profundos que van más allá de haber nacido delincuentes. Hay que entender un poco el proceso de la formación de esta agrupación criminal. Para eso hay que saber lo que ocurría en El Salvador en los años ochentas cuando en Los Ángeles, California se formó el MS 13, el número 13 hace referencia a la calle en donde se fundó la pandilla más peligrosa de Latinoamérica. Durante los años ochentas El Salvador se sumió en una guerra civil brutal, el gobierno y 14 familias habían controlado todo el territorio a través del ejército durante todo el siglo XX incluso mediante matanzas como en el 1932 cuando mataron a 25,000 campesinos que se levantaron bajo el liderazgo de Farabundo Martí. La pobreza y la represión mandaron a la lucha armada al pueblo bajo diversas guerrillas con ideologías de izquierda e igualdad social que acabaron con el Frente Nacional Farabundo Martí de Liberación Nacional o FMLN. El ejército los reprimió violentamente apoyados por los Estados Unidos, pero la guerrilla siguió luchando por todo el país apoyado por mucha población civil que fueron víctimas de la represión gubernamental. Esta guerra ocasionó más de medio millón de desplazados, muchos refugiados acabaron en los Estados Unidos.
El conflicto tuvo casi 100,000 muertos y desparecidos y muchos niños quedaron huérfanos y en la miseria. Muchos de los infantes crecieron inmersos en una violencia extrema presenciando torturas a familiares y amigos. Al llegar a Los Ángeles los jóvenes salvadoreños se vieron discriminados por otras bandas ya existentes lo que provocó que organizaran su propia pandilla que se caracterizó por ser mucho más violenta que las locales ya que éstos venían acostumbrados a vivir en la violencia extrema donde la vida tiene poco valor, el ejército les enseñaba a matar a su propia gente. El gobierno de los Estados Unidos alarmado ante esta creciente amenaza y ante el susto que pasaron con los disturbios en el 92 cuando golpearon a Rodney King comenzó a deportar a los miembros de las maras con cualquier pretexto, muchos que llegaron a Centroamérica ni siquiera hablaban español. Comenzaron a extender la MS 13 a Centroamérica donde la falta de oportunidades y la pobreza los llevaron a seguir con su vida criminal. Reclutar nuevos miembros fue fácil ya que muchos huérfanos que dejó la guerra vivían en condiciones marginales y vieron en las maras una salida fácil a sus problemas. Las pandillas también les proporcionan estatus, una familia, protección y sobretodo dinero a través del tráfico de armas, de droga, el contrabando humano, la extorsión, el asesinato entre otras monadas. Siempre está la promesa de llegar a los Estados Unidos donde ven que la vida es mejor.
La lucha contra el pandillerismo tiene que ser a nivel social, se tienen que dar oportunidades para el mejoramiento de vida de los niños que son los potenciales nuevos miembros. Es la única solución. Convencer a la juventud de no integrarse a la vida criminal y para eso deben tener opciones más lucrativas y atractivas que vivir en la calle sin protección ni oportunidades. La deportación masiva que ha intentado los Estados Unidos ha resultado contraproducente ya que el número de Maras ha aumentado y se ha expandido hacia la costa este, las deportaciones han creado mayores ganancias en el tr’afico humano. El encarcelamiento masivo solo ha creado nuevos miembros que se unen en las cárceles. Las prisiones sirven como campos de entrenamiento para ellos y focos de infección social en lugar de buscar la forma de regenerar y reincorporar a estos individuos a la sociedad ante el desparramiento de las sobrepoblaciones carcelarias. Las cárceles se han convertido en periodos de iniciación y aprendizaje gansteril. La otra solución que han tratado es eliminarlos mediante incendios en las prisiones y poniendo a los pandilleros en territorio enemigo, también se han creado algunos grupos de vigilantes de los antiguos escuadrones de la muerte. La solución está en la prevención y en las mejoras sociales, en la educación, muchas veces con ayuda y testimonios de ex pandilleros. Si existen las oportunidades las pandillas como las maras se quedarían sin nuevos reclutas.
La policía dice que por lo menos hay otro miembro en British Columbia buscando expandir la organización que no reconoce ya fronteras. Nada más hay que ver el problema que estos ocasionan en los Estados Unidos (sobretodo en Los Ángeles) donde se cree que hay 10,000 miembros viviendo en su territorio y podría haber hasta 300,000 alrededor del mundo sobretodo en El Salvador, Guatemala y Honduras. Aunque también existen miembros en México y España.
Muchos miembros son contratados desde los 9 o 10 años, el promedio de edad de los miembros es de 19 años. La Mara Salvatrucha no es una mafia ni una organización terrorista, está dividida en facciones independientes. Algunos de estos grupúsculos buscan activamente nuevos miembros, pero la mayoría llegan por si solos.
Las Maras como la mayoría de las bandas tienen sus orígenes en problemas sociales profundos que van más allá de haber nacido delincuentes. Hay que entender un poco el proceso de la formación de esta agrupación criminal. Para eso hay que saber lo que ocurría en El Salvador en los años ochentas cuando en Los Ángeles, California se formó el MS 13, el número 13 hace referencia a la calle en donde se fundó la pandilla más peligrosa de Latinoamérica. Durante los años ochentas El Salvador se sumió en una guerra civil brutal, el gobierno y 14 familias habían controlado todo el territorio a través del ejército durante todo el siglo XX incluso mediante matanzas como en el 1932 cuando mataron a 25,000 campesinos que se levantaron bajo el liderazgo de Farabundo Martí. La pobreza y la represión mandaron a la lucha armada al pueblo bajo diversas guerrillas con ideologías de izquierda e igualdad social que acabaron con el Frente Nacional Farabundo Martí de Liberación Nacional o FMLN. El ejército los reprimió violentamente apoyados por los Estados Unidos, pero la guerrilla siguió luchando por todo el país apoyado por mucha población civil que fueron víctimas de la represión gubernamental. Esta guerra ocasionó más de medio millón de desplazados, muchos refugiados acabaron en los Estados Unidos.
El conflicto tuvo casi 100,000 muertos y desparecidos y muchos niños quedaron huérfanos y en la miseria. Muchos de los infantes crecieron inmersos en una violencia extrema presenciando torturas a familiares y amigos. Al llegar a Los Ángeles los jóvenes salvadoreños se vieron discriminados por otras bandas ya existentes lo que provocó que organizaran su propia pandilla que se caracterizó por ser mucho más violenta que las locales ya que éstos venían acostumbrados a vivir en la violencia extrema donde la vida tiene poco valor, el ejército les enseñaba a matar a su propia gente. El gobierno de los Estados Unidos alarmado ante esta creciente amenaza y ante el susto que pasaron con los disturbios en el 92 cuando golpearon a Rodney King comenzó a deportar a los miembros de las maras con cualquier pretexto, muchos que llegaron a Centroamérica ni siquiera hablaban español. Comenzaron a extender la MS 13 a Centroamérica donde la falta de oportunidades y la pobreza los llevaron a seguir con su vida criminal. Reclutar nuevos miembros fue fácil ya que muchos huérfanos que dejó la guerra vivían en condiciones marginales y vieron en las maras una salida fácil a sus problemas. Las pandillas también les proporcionan estatus, una familia, protección y sobretodo dinero a través del tráfico de armas, de droga, el contrabando humano, la extorsión, el asesinato entre otras monadas. Siempre está la promesa de llegar a los Estados Unidos donde ven que la vida es mejor.
La lucha contra el pandillerismo tiene que ser a nivel social, se tienen que dar oportunidades para el mejoramiento de vida de los niños que son los potenciales nuevos miembros. Es la única solución. Convencer a la juventud de no integrarse a la vida criminal y para eso deben tener opciones más lucrativas y atractivas que vivir en la calle sin protección ni oportunidades. La deportación masiva que ha intentado los Estados Unidos ha resultado contraproducente ya que el número de Maras ha aumentado y se ha expandido hacia la costa este, las deportaciones han creado mayores ganancias en el tr’afico humano. El encarcelamiento masivo solo ha creado nuevos miembros que se unen en las cárceles. Las prisiones sirven como campos de entrenamiento para ellos y focos de infección social en lugar de buscar la forma de regenerar y reincorporar a estos individuos a la sociedad ante el desparramiento de las sobrepoblaciones carcelarias. Las cárceles se han convertido en periodos de iniciación y aprendizaje gansteril. La otra solución que han tratado es eliminarlos mediante incendios en las prisiones y poniendo a los pandilleros en territorio enemigo, también se han creado algunos grupos de vigilantes de los antiguos escuadrones de la muerte. La solución está en la prevención y en las mejoras sociales, en la educación, muchas veces con ayuda y testimonios de ex pandilleros. Si existen las oportunidades las pandillas como las maras se quedarían sin nuevos reclutas.
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viernes, 6 de junio de 2008
Budapest
InSite y el gobierno Federal. No se puede creer tanta ignorancia
El gobierno federal de Canadá representado por el Partido Conservador liderado por Stephen Harper ha demostrado nuevamente una ignorancia que no les permite tomar decisiones correctas debido a su maldito fanatismo y las presiones de los vecinos del sur. El Ministro de Salud Tony Clement parece que se crío en una granja rural aislada del mundo civilizado donde los padres también son familiares cosanguíneos. ¿Cómo es posible que se obvien los hechos? ¿Cómo es posible distorsionar la realidad de una forma tan cínica?
InSite es un edificio de salud donde los drogadictos se pueden inyectar de forma segura bajo supervisión médica y consejeros que tratan de cambiarles la heroína por metadona y referirlos a programas de desintoxicación, los cuales dicho sea de paso son insuficientes. El centro de Inyección segura ha trabajado legalmente con una excepción del gobierno federal y ha sido apoyado por todos los alcaldes que han pasado por Vancouver desde Philip Owen, en especial Larry Campbell que fue policía y gran defensor del tratamiento, legalización y prevención de las drogas hasta Sam Sullivan, el actual. Los estudios científicos, sociológicos y psicológicos han demostrado que InSite salva vidas, detiene el contagio de enfermedades y ahorra dinero al departamento de Policia de Vancouver y al de salud. Lógicamente los “azules” están ya a favor de este programa ya que no tienen que estar recogiendo muertos de los callejones y se pueden dedicar a combatir el crimen. Y nuestro sistema de salud podría usar mejor esos recursos o invertirlos en crear más camas para desintoxicar a estos individuos enfermos de nuestra sociedad que desafortunadamente tienen muy poca estabilidad tanto emocional como financiera.
El inestable Ministro de Salud ha dicho que según sus investigaciones científicas (que deben de venir de la misma gente que nos trajeron “El Cambio climático no existe, sigamos contaminando” tergiversando la información) INSite solo salva una vida al año por sobredosis. Conjetura bastante falta de lógica si se toma en cuenta que ha habido 900 sobredosis atendidas en el centro y un millón de inyecciones, resulta torpe pensar que en los cuatro años que lleva abierto In Site sólo 4 muertes han salvado este centro con ese volumen de atención.
También el gobierno provincial y la Suprema Corte de Justicia de British Columbia apoyan esta iniciativa que además ha funcionado de manera eficaz en ciudades como Madrid, Ámsterdam, Zurich, Frankfurt en donde han resuelto problemas similares al del Downtown East Side Vancouver. En cambio vemos el ejemplo usamericano donde la prohibición ha causado el efecto contrario especialmente en ciudades como Los Ángeles, Atlanta, Nueva York, Chicago, Detroit, etc.
La corte de BC ha decidido que los adictos a la heroína deben ser considerados enfermos y tratados como tales, esto incluye el acceso a servicios como el que provee InSite y ha decidido que debe permanecer abierto. Cuando parecía una victoria asegurada hacia el progreso vino el poco versado Tony Clement a preparar una batalla sin sentido, el Ministro de Salud apeló la decisión de la Suprema Corte de Justicia. Dinero malgastado de los contribuyentes.
“Cuando el Ministro de Salud decide que sus propias creencias son más veraces que la ciencia, que son mejores que lo que dicen los médicos acerca de tratar esta enfermedad, entonces él está interfiriendo con la ciencia”. Dijo Hedy Fry, MP liberal de aquí de Vancouver.
“No son sus creencias lo importante, lo importante es la evidencia que la ciencia demuestra, no creo que importe toda la información que encuentre, parece que ya se decidió” Dijo Libby Davis del NDP
InSite es un edificio de salud donde los drogadictos se pueden inyectar de forma segura bajo supervisión médica y consejeros que tratan de cambiarles la heroína por metadona y referirlos a programas de desintoxicación, los cuales dicho sea de paso son insuficientes. El centro de Inyección segura ha trabajado legalmente con una excepción del gobierno federal y ha sido apoyado por todos los alcaldes que han pasado por Vancouver desde Philip Owen, en especial Larry Campbell que fue policía y gran defensor del tratamiento, legalización y prevención de las drogas hasta Sam Sullivan, el actual. Los estudios científicos, sociológicos y psicológicos han demostrado que InSite salva vidas, detiene el contagio de enfermedades y ahorra dinero al departamento de Policia de Vancouver y al de salud. Lógicamente los “azules” están ya a favor de este programa ya que no tienen que estar recogiendo muertos de los callejones y se pueden dedicar a combatir el crimen. Y nuestro sistema de salud podría usar mejor esos recursos o invertirlos en crear más camas para desintoxicar a estos individuos enfermos de nuestra sociedad que desafortunadamente tienen muy poca estabilidad tanto emocional como financiera.
El inestable Ministro de Salud ha dicho que según sus investigaciones científicas (que deben de venir de la misma gente que nos trajeron “El Cambio climático no existe, sigamos contaminando” tergiversando la información) INSite solo salva una vida al año por sobredosis. Conjetura bastante falta de lógica si se toma en cuenta que ha habido 900 sobredosis atendidas en el centro y un millón de inyecciones, resulta torpe pensar que en los cuatro años que lleva abierto In Site sólo 4 muertes han salvado este centro con ese volumen de atención.
También el gobierno provincial y la Suprema Corte de Justicia de British Columbia apoyan esta iniciativa que además ha funcionado de manera eficaz en ciudades como Madrid, Ámsterdam, Zurich, Frankfurt en donde han resuelto problemas similares al del Downtown East Side Vancouver. En cambio vemos el ejemplo usamericano donde la prohibición ha causado el efecto contrario especialmente en ciudades como Los Ángeles, Atlanta, Nueva York, Chicago, Detroit, etc.
La corte de BC ha decidido que los adictos a la heroína deben ser considerados enfermos y tratados como tales, esto incluye el acceso a servicios como el que provee InSite y ha decidido que debe permanecer abierto. Cuando parecía una victoria asegurada hacia el progreso vino el poco versado Tony Clement a preparar una batalla sin sentido, el Ministro de Salud apeló la decisión de la Suprema Corte de Justicia. Dinero malgastado de los contribuyentes.
“Cuando el Ministro de Salud decide que sus propias creencias son más veraces que la ciencia, que son mejores que lo que dicen los médicos acerca de tratar esta enfermedad, entonces él está interfiriendo con la ciencia”. Dijo Hedy Fry, MP liberal de aquí de Vancouver.
“No son sus creencias lo importante, lo importante es la evidencia que la ciencia demuestra, no creo que importe toda la información que encuentre, parece que ya se decidió” Dijo Libby Davis del NDP
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