lunes, 18 de junio de 2007

Nunca te enamores de las lindas

Nunca te enamores de las lindas, contienen sustancias adictivas para los cuerpos autrodestructores, nunca te enamores si no estás dispuesto a conocer el otro lado de la moneda. ¿A dónde vamos de aquí? ¿Qué avión tomamos ahora? El camión no escupe tu figura, el sol nomás no sale, ni en la ciudad ni dentro de mí ni en ningún puto lado.
Ciudad de almas solitarias, espacios vitales vacíos y el amor lacerado.

Nunca te enamores de una chica que sea muy mujer si no vas a ser lo suficientemente capaz de proporcionarle algo que no sea solo sexo. Cajas explosivas pueden detonar en tu pecho, ríos de ti se podrían desbordar por las ventanas de tu cuerpo, te debe de gustar la tristeza porque vas a quedar con el alma empapada en una ciudad de lluvia de meses.
La incapacidad de lidiar con el mundo, de salir herido todas las veces.

Nunca te creas personaje de novela, los finales felices solo existen en los dramas ficticios y las comedias baratas, de este lado de la realidad la vida es más fría, es un parque sintético sin cobertores, a la intemperie, acá la música pega, la nostalgia abofetea, el cuerpo te queda chico. Te debes preparar a conocer sensaciones grises y oscuras.
Mujeres de contradicciones con pasajes de felicidades y locuras.

Nunca te enamores de las bonitas, lo único bonito que debes permitirte en tu vida es el arte, me encierro entre varias paredes y el ambiente interior se nubla, destellos de estrellas me agujeran el cráneo entre el humo, desde los recuerdos, la nostalgia de una cara bonita, los ecos de los orgasmos, la mordedura de los ojos y el tono de la canción.
Acantilados hasta el vacío y el descarapelamiento del corazón.

Nunca dejes de enamorarte de las bellas, que chingados, y sobretodo de las bonitas, de las lindas, las que tengan un cuerpo angelical y una sonrisa amplia, las que tengan senos de concurso, aunque te sobrepase el amor y te duela su cruda, aunque se te caigan los labios y se te deshilache el pene de la pasión. Las sustancias adictivas tienen esa condición por algo, el placer que rebasa los límites de la monotonía y te deja con las hormonas desinhibidas.
Por eso y más nunca dejes de enamorarte de las más lindas.

Oswaldo Perez Cabrera de la serie Brigido Chascon

2 comentarios:

Anónimo dijo...

En realidad no hay que enamorarse de ninguna...para lo que dura esa enfermedad no merece la pena. La amistad no se cura, el amor sí.

A ver cuando vienes a Iurop. El wey se viene el día 28 de agosto a vivir a Hungría con ÁLvaro.

Anónimo dijo...

Escribes de putisima madre. mas quiero mas.