La Mañana se viste de blanco, los copos ácidos penetrando la atmósfera helada. La prostituta cobijada por un tablón de madera ha asegurado el pan de cada día tragando todo el blanco del hombre del traje marrón. Una vietnamita parapléjica le quiere explicar a su amor de medio oriente que nadie pagó los daños. En todos estos años.
Al medio día el blanco ya tiene tonalidades grises mezclándose con el ralo aire. El policía cobijado por su placa metálica golpea a un centroamericano asegurando su dosis de sádica adrenalina. Los densos gases harán necesario llevar máscaras físicas sobre nuestra máscara de los martes. Ya no podre besarte.
Por la tarde el gris se debilita dejando paso a un café sobrecargado de contaminantes. La tierra se estremece como si un orgasmo gigante nos borrara del mapa cubriéndonos de polvo y tierra, nada queda entre ella y el cielo. Una mancha kilométrica oscurece el océano liquidando a especies ya condenadas a desaparecer. ¿Qué falta por deshacer?
La noche de etiqueta nos recuerda que el frío y la oscuridad son buenos aliados. Los vagabundos caminan entre el concreto buscando algo comestible o por lo menos fumable que engañe a su organismo. La hambruna es otra asesina que no respeta el tiempo, no le importa que color reine afuera. Atrapados en la esfera.
La medianoche es la ausencia de color, un negro profundo que nos asfixia la confianza.Las criaturas noctámbulas salen encarnando tus peores miedos. Los miedos son la consecuencia de seres de carne y hueso.La violencia se ha mudado definitivamente a nuestras vidas tecnológicamente podridas.Vidas de razones perdidas.
El alba comienza por pintar nuevamente un arco iris de colores turbios que irán cambiando con el tiempo. Las ondas de la atmósfera están recubiertas con betún de manipulación y adornados con una cubierta de felicidad. Una plegaria para los condenados, los desaparecidos, los fusilados, los torturados, los marginados y para el miedo de todos.
El ciclorama de la vida es de color gris injusticiaaunque a veces suele tener tintes de colores felicidad. La guerra parece haber sido diseñada como un mecanismo de defensa de nuestro mundo exterminando nuestras sobrepoblaciones. La balanza de la vida está inclinada hacia la tristeza on kilogramos de ventaja. Nosotros con el alma en una caja.
Oswaldo Perez Cabrera
jueves, 19 de abril de 2007
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