En medio del océano Pacífico existe un basurero plástico que está matando a las especies marinas.
Los desperdicios que los humanos dejamos están encontrando un cementerio plástico en medio del Océano Pacífico, y en diversos cuerpos de agua del mundo. Estos vórtices marinos están juntando toneladas de plástico y otros desperdicios llevados ahí por las corrientes marinas que van atrapando pedazos de nuestro consumo.
Los científicos están alarmados con el tamaño de los cementerios de estos desechos plásticos; por ejemplo el más grande, en el Océano Pacífico cerca de Hawaii, contiene unos 100 millones de toneladas de plástico. Los medio ambientalistas lo llaman el Pacific Trash Vortex. Se estima que ha crecido hasta tener 15 millones de kilómetros cuadrados, esto es como la mitad de Quebec. ¡Cien millones de toneladas!, un 8% del Océano Pacífico estaría lleno de plástico. La otra zona de concentración está cerca de Japón.
Se cree que unos 100,000 animales mueren al comer esta basura tóxica. Generalmente aquellos de playa como gaviotas y pelícanos, así como peces de todos tipos. Muchos de estos desperdicios plásticos están resurgiendo en las playas de Hawaii y terminan en los estómagos de algunas de estas criaturas.
El plástico no es biodegradable, si se descompone, se convierte en polímeros que son altamente nocivos para la salud de cualquiera que los ingiera. Para ser más claros, el plástico nunca se desintegra, se puede hacer más y más pequeño, hasta convertirse en pequeñas partículas venenosas que los peces respiran a través de sus branquias o que las aves tragan confundiéndolas con alimento. Muchos de estos remanentes del plástico asemejan zooplankton o pequeñas medusas, por lo que son ingeridas por todo tipo de vida marina.
Si uno camina por las playas, se puede dar cuenta de la cantidad de basura que se encuentra ahí, aproximadamente unas 260 especies de animales son afectadas por nuestros desperdicios. Entre lo que se ha encontrado, hay bolsas plásticas, tapones, jeringas, conos de tráfico, styrofoam, vasos desechables, botellas de agua, encendedores, cepillos de dientes, condones, botellas de shampoo, neumáticos, dinosaurios de plástico entre otros productos.
Estos vórtices de destrucción ya son considerados zonas de desastre ecológico, el 80% de estos desperdicios viene de la tierra firme, mientras el remanente, viene de los barcos y otras naves. “La próxima vez que haya una tormenta, vean lo que hay en la alcantarilla, todas las coladeras acaban yendo hacia el océano”…. dice Elaine McDonald, una investigadora de Toronto que trabaja para Ecojustice Canada.
Los humanos tenemos que desarrollar una conciencia ecológica mucho mayor que la que se ha ido gestando en los últimos años. Tenemos que prohibir ya las bolsas de plástico y utilizar lo menos que se pueda el plástico. San Francisco fue la primera ciudad en prohibir las bolsas de plástico, en Manitoba ya se están prohibiendo en algunas municipalidades. Tal vez no haga mucha diferencia, pero necesitamos seguir con esta campaña verde en todas nuestras actividades. En cuestión de plástico, el nuevo alcalde de Vancouver se ha mostrado a favor de prohibir estas bolsas en los grandes almacenes.
Usted amigo lector, trate de utilizarlas menos; por ejemplo, lleve su propia bolsa de tela, o algún material no plástico que sea resistente cuando salga a comprar sus víveres, o lleve una mochila vacía para poner sus provisiones dentro. Tenemos que desacostumbrarnos a esta cultura del plástico. No hay que esperar hasta que haya islas de plástico en los océanos, o las llamadas zonas muertas que se expandan por todo el globo.
Oswaldo Pérez Cabrera www.lavanguardia.ca
sábado, 14 de marzo de 2009
El Plástico está contaminando los océanos
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