Fragmento de Barra Libre Vientre Caliente
Novela Inexistente de las aventuras de Valdini en el DF
Oswaldo Perez Cabrera
Entonces, él se levantó después de pasada media hora, para él se le había hecho como si hubieran sido tres horas y fintó con retirarse a su casa a seguir durmiendo cuando lo que realmente quería era largarse a patear las calles y disfrutar del ácido. Viena lo besó largamente y Valdini ya en pleno viaje sintió los labios y la lengua sorprendentemente agradables, en este momento ya le costaba trabajo distinguir entre la realidad y su imaginación. Era como un capítulo más de la novela, aquí el personaje, que en este caso era él, tenía que terminar la faena “Ahora aquí es donde nace la literatura” pensó Valdini “Entonces lo que tengo que hacer yo que estoy viviendo la vida del personaje de novela, es seguirla besando y disfrutar esta droga que traigo encima y después hacer el papel de la escena erótica de la película, vamos a hacer pura pornografía Viena” en ese momento Viena interrumpe sus pensamientos sin consideración alguna al ambiente del momento.
-¿Quieres hacer el amor?
-Eso no se pregunta.-Respondió Valdini y se dio cuenta que Viena ha cambiado de escena y quiere agilizar las tomas candentes, entonces eso la hace una especie de directora y él le sigue la corriente ya decidido a entregarse y disfrutar a la mujer y su sexo y la droga que lleva puesta. Se dirigen hacia la recámara por las escaleras borrachas que despiden figuras hacia el techo.
La desvistió poco a poco, cada fibra que iba desprendiendo caía como en cámara lenta, cuadro por cuadro, como fotografías que van cayendo en una secuencia deliciosa. La sensación era fuerte, la lengua comenzó a percibir el sabor a sal, el mareo era constante, quería explorar cada poro y de pronto sintió que el ácido explotaba, ya sentía a Viena colocando el condón sobre su miembro erecto y después sintió que lo montaban sin piedad.
Explorar cada poro y cada poro ofrecía una alucinación diferente, como estar viendo miles de televisiones en su cuerpo, y comenzaron a llegarle las imágenes; en un poro un océano de petróleo inundaba Manhatan, en otro un arco iris de gasolina se asomaba por Dusseldorf dejando ver sus colores aceitosos, una nube de nylon copulaba con otra de cartón sobre el Big Ben, Matisse pintaba el sol al óleo y se descolgaba por un rayo de luz mortecina, un animal petrificado le escribía a su amigo taxidermista torturado en una galera de la ciudad felicidad, un escándalo de estrellas saturaba el horizonte, el cardenal Posadas le practicaba una felación al papa sobre el pasto enmohecido de un parque sintético, un pensamiento bloqueado gritaba ¡Qué viva la anarquía! Un bosque hermético luchaba por la libertad de Fulcanelli quien recibía toques en los huevos, un sentimiento manipulado se resignaba a cortejar a Madame Eduarda, un amor a control remoto de Cuba al Senegal con música de Sibelius de fondo.
Tenía las nalgas de Viena apretadas como tratando de aferrarse a algo mientras sentía el vértigo de ir a mil por hora sin frenos y de bajada, caída libre entre el mosaico de imágenes mientras Viena gime disfrutando del coito. Un corazón cableado se comunica con Sade en el inframundo, no hay un lugar en el mundo en donde no exista un amarrado, un beso con máscaras que se quieren derretir por el maquillaje tan abrupto, un bebé programado lucha por seguir dentro de su entorno acuoso, una luna de unisel y dos caras le hace muecas a la muerte con riesgo de dejarnos sin mareas, un cerebro histérico lucha por salir del país del coma profundo, un ángel negro trata de resolver su duda existencial y desmiente la lucha entre el bien y el mal. Valdini está seguro que está sintiendo rico y escucha a Oscar Chavez distorsionando su voz en el fondo de la pieza, como una legión de ecos y sonidos abstractos, reconoce el aroma de Viena quien lo ve desde arriba. La ve muy arriba.
Un planeta agujereado se da cuenta que tiene goteras imposibles, un presidente zoofílico se da gusto con el ganado porcino de su país, un hombre térmico sodomiza a una mujer de acrílico por el placer se ser, ano y verga se funden a mil grados centígrados, un espíritu asfixiado se cuelga de las barbas de Dios. El paraíso abrupto de la imaginación “Tú serás ruido de estrella succionando mi centro hacia tu remolino de piel algodón ¿Qué triste está el universo cuando está desnudo? ¿Has probado subirte al mundo pequeño cubierto de ácido? Y el ácido vaginal que sulfura mis hormonas, tan veleidosa tú, tan transparente yo y a través del plástico que funciona como periscopio se ve a través de la escafandra tus miedos, te siento vibrar, escucho tus gemidos, más, más, sólo siendo penetrada, te sientes segura, pene y entrada, gocemos mientras el mundo se va a la mierda. Fornicación sensorial, televisión interna vía satélite; nos informaron los corresponsales borrachos de éter, mientras lamo tu cuerpo todavía libre de terrores externos, sin embrago, tus traumas crecen simultáneamente a ti. A tu mismo compás, a nuestro ritmo, más rápido, más velocidad. Todo se va desvanecer cuando alcancemos la velocidad de la luz, la transición será orgásmica.” Valdini sintió que algo más que semen y su alma habían salido cuando terminó. Otra vez estaba en el cuarto y Viena jadeaba sobre él. Estaban exhaustos y cubiertos de sudor, se acomodan en la cama para esperar el sueño. Valdini cierra los ojos y se ve volando sobre acantilados castigados por el mar atlante, mientras seres majestuosos danzan a su alrededor, bicornios y quimeras gelatinosas, el hijo del viento pasa gritando, nadando en su mar de vientos, mientras los jardines azules tilitantes poblados de gnomos alados, mientras los bloques de sonido de los monjes cenobitas. Todo siempre y cuando la carretera estelar no cobre peaje.
Así Valdini logra después de varios intentos y viajes internos dormir mientras ella duerme procurando siempre tener contacto corporal con él. Así viajará Valdini hasta la mañana siguiente en la que el solitario viaje se constriña.
Baile Lujurioso, Vórtice Candente.
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1 comentario:
excelente..estoy e acido ahora y es excelente
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