La policía en Toronto ha desarticulado una banda de Maras salvatruchas mejor conocidos como la MS13. Según las autoridades, llevan tiempo monitoreando las actividades de esta agrupación delictiva que se caracterizan por sus robos violentos, intimidación, tráfico de drogas y posesión de armas. Jorge Salas, Luis Salas-Reyes, Hector Sanhueza and Ronald Moratay-Cruz han sido acusados de conspiración para matar y otros 13 miembros de cargos como asalto, trafico de drogas, contrabando, posesión de dinero falso y otras monerías. Se les confiscaron 40,000 dólares en dinero mal habido, así como seis kilos y medio de cocaína y armas de fuego.
La policía dice que por lo menos hay otro miembro en British Columbia buscando expandir la organización que no reconoce ya fronteras. Nada más hay que ver el problema que estos ocasionan en los Estados Unidos (sobretodo en Los Ángeles) donde se cree que hay 10,000 miembros viviendo en su territorio y podría haber hasta 300,000 alrededor del mundo sobretodo en El Salvador, Guatemala y Honduras. Aunque también existen miembros en México y España.
Muchos miembros son contratados desde los 9 o 10 años, el promedio de edad de los miembros es de 19 años. La Mara Salvatrucha no es una mafia ni una organización terrorista, está dividida en facciones independientes. Algunos de estos grupúsculos buscan activamente nuevos miembros, pero la mayoría llegan por si solos.
Las Maras como la mayoría de las bandas tienen sus orígenes en problemas sociales profundos que van más allá de haber nacido delincuentes. Hay que entender un poco el proceso de la formación de esta agrupación criminal. Para eso hay que saber lo que ocurría en El Salvador en los años ochentas cuando en Los Ángeles, California se formó el MS 13, el número 13 hace referencia a la calle en donde se fundó la pandilla más peligrosa de Latinoamérica. Durante los años ochentas El Salvador se sumió en una guerra civil brutal, el gobierno y 14 familias habían controlado todo el territorio a través del ejército durante todo el siglo XX incluso mediante matanzas como en el 1932 cuando mataron a 25,000 campesinos que se levantaron bajo el liderazgo de Farabundo Martí. La pobreza y la represión mandaron a la lucha armada al pueblo bajo diversas guerrillas con ideologías de izquierda e igualdad social que acabaron con el Frente Nacional Farabundo Martí de Liberación Nacional o FMLN. El ejército los reprimió violentamente apoyados por los Estados Unidos, pero la guerrilla siguió luchando por todo el país apoyado por mucha población civil que fueron víctimas de la represión gubernamental. Esta guerra ocasionó más de medio millón de desplazados, muchos refugiados acabaron en los Estados Unidos.
El conflicto tuvo casi 100,000 muertos y desparecidos y muchos niños quedaron huérfanos y en la miseria. Muchos de los infantes crecieron inmersos en una violencia extrema presenciando torturas a familiares y amigos. Al llegar a Los Ángeles los jóvenes salvadoreños se vieron discriminados por otras bandas ya existentes lo que provocó que organizaran su propia pandilla que se caracterizó por ser mucho más violenta que las locales ya que éstos venían acostumbrados a vivir en la violencia extrema donde la vida tiene poco valor, el ejército les enseñaba a matar a su propia gente. El gobierno de los Estados Unidos alarmado ante esta creciente amenaza y ante el susto que pasaron con los disturbios en el 92 cuando golpearon a Rodney King comenzó a deportar a los miembros de las maras con cualquier pretexto, muchos que llegaron a Centroamérica ni siquiera hablaban español. Comenzaron a extender la MS 13 a Centroamérica donde la falta de oportunidades y la pobreza los llevaron a seguir con su vida criminal. Reclutar nuevos miembros fue fácil ya que muchos huérfanos que dejó la guerra vivían en condiciones marginales y vieron en las maras una salida fácil a sus problemas. Las pandillas también les proporcionan estatus, una familia, protección y sobretodo dinero a través del tráfico de armas, de droga, el contrabando humano, la extorsión, el asesinato entre otras monadas. Siempre está la promesa de llegar a los Estados Unidos donde ven que la vida es mejor.
La lucha contra el pandillerismo tiene que ser a nivel social, se tienen que dar oportunidades para el mejoramiento de vida de los niños que son los potenciales nuevos miembros. Es la única solución. Convencer a la juventud de no integrarse a la vida criminal y para eso deben tener opciones más lucrativas y atractivas que vivir en la calle sin protección ni oportunidades. La deportación masiva que ha intentado los Estados Unidos ha resultado contraproducente ya que el número de Maras ha aumentado y se ha expandido hacia la costa este, las deportaciones han creado mayores ganancias en el tr’afico humano. El encarcelamiento masivo solo ha creado nuevos miembros que se unen en las cárceles. Las prisiones sirven como campos de entrenamiento para ellos y focos de infección social en lugar de buscar la forma de regenerar y reincorporar a estos individuos a la sociedad ante el desparramiento de las sobrepoblaciones carcelarias. Las cárceles se han convertido en periodos de iniciación y aprendizaje gansteril. La otra solución que han tratado es eliminarlos mediante incendios en las prisiones y poniendo a los pandilleros en territorio enemigo, también se han creado algunos grupos de vigilantes de los antiguos escuadrones de la muerte. La solución está en la prevención y en las mejoras sociales, en la educación, muchas veces con ayuda y testimonios de ex pandilleros. Si existen las oportunidades las pandillas como las maras se quedarían sin nuevos reclutas.
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