Oswaldo Pérez Cabrera
Tratando de entender la realidad mundana a través del conocimiento empírico que nos da la madre naturaleza he tratado de llegar a una conclusión acerca de este tema escabroso. Creo que todas las respuestas están en la naturaleza, todos los antídotos, los oxidantes y antioxidantes, los desintoxicantes y por supuesto, todos los psicoactivos quienes parece que nos han acompañado en esta tierra de toda la vida.
¿Quién no ha visto alguno de esos documentales del mundo animal en donde diversas especies comen frutos fermentados o miembros del reino fungi para ponerse un colocón de miedo? Chimpancés bailando ebrios, leones durmiendo la mona, e incluso canguros saltando en zigzag.
Estamos de acuerdo que algunas plantas y hongos de la naturaleza alteran nuestros niveles de percepción, muchas veces elevando nuestra capacidad de entendimiento o expandiendo nuestra mente. ¿Cuántas veces no se ha citado a Huxley y sus puertas de la percepción? ¿Cuántos experimentos no se han hecho con alucinógenos por científicos renombrados identificando y clasificando sustancias psicoactivas como la psilocibina? ¿Cuántos no se masturban mentalmente con las Enseñanzas de Don Juan?
Podríamos afirmar, incluso, que a los seres vivientes y en especial a los mamíferos les gusta alterar su realidad mediante los medios proporcionados por la sabia madre naturaleza. Entonces ¿Cuál es la relación entre un elefante borracho y Darwin?
Bueno, es probable que el hombre de la llamada época de las cavernas, trátese de Australopitecos, Neandertales o cromagnones hayan descubierto que algunas de las moras silvestres podridas y algunos de los hongos que recogían, generalmente, junto al guano de los animales, los ponía en un estado mega-espacial. Los primeros Homo Sapiens entonces dentro de su viaje comenzaron a tener revelaciones iluminadas. Las herramientas surgieron a partir de una gran comilona de fungii. Las rocas y los palos comenzaron a tomar formas artificiales, las cavernas comenzaron a tener decorados con naturalezas muertas y vivas, en fin, el hipismo fue la primera forma de sociedad humana. Un hipismo nómada de prehumanos.
Hemos visto dentro de la mencionada sabiduría de la madre naturaleza, Pachamama, que muchos animales evolucionan y desarrollan genéticamente características físicas que le permitirán seguir compitiendo por la sobrevivencia. Por ejemplo, el mimetismo de algunos animales como el camaleón o de algunos peces y moluscos, las garras en los felinos o el cuello de las jirafas, también esta selección descarta las características inútiles para la especie como la pérdida de la cola en los humanoides. Así pues, no es descabellado que los primeros primates al comer los hongos alucinógenos comenzarán a utilizar en mayor proporción su cerebro y por esa causa misteriosa de la evolución, los genes se re programaron para crear más conexiones neuronales y el cerebro humano empezó su camino hacia lo que es hoy. Algo así como aceite neuronal. El pedo es que el barbarismo perduró mostrándose la maldad inherente de nuestra especie.
Por eso, el consumo de hongos, peyotes y marihuana a pesar de ser perseguido debido a la ignorancia y codicia de los líderes políticos, sigue siendo ampliamente diseminado por el mundo siendo muchos visionarios consumidores de estas sustancias. Asimismo en los campos religiosos siguen siendo útiles para inducir aquellas visiones que guiarán al psiconáuta indígena y le brindarán la respuesta a sus cuestionamientos.
No es descabellado ver a un cavernícola con todo el tiempo de mundo (una vez cubierta su necesidad de alimento) teniendo las primeras experiencias místicas al haber ingerido algunos de estos hongos. Los viajes debieron de haber sido reveladores y tuvieron que haber tenido una influencia importante en el desarrollo de nuestra raza. Las ideas de la rueda y como hacer una fogata tal vez surgieron de un avionazo de champiñones. La prehistoria y los conocimientos modernos así parecen afirmarlo. Por eso hay que darles su justo papel en la historia y en la sociedad a los alucinógenos naturales.
Por eso estas plantas son satanizadas por los gobiernos actuales. Que ridículo resulta pensar que algo de la naturaleza sea prohibido. Pero estas llaves que nos da Terra tienen que ser cerradas, no vaya a ser que despertemos de nuestro letargo y veamos que la tele es pura mierda. Igual y distribuimos mejor los asientos y las parcelas.
Amén
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1 comentario:
Qué tal...
me ha gustado mucho tu blog.. y sobretodo este post..
Alguna vez pensé lo mismo.. incluso la biblia menciona un pasaje algo revelador: donde segun las escrituras "Dios" le prohibió a Adán comer del árbol del conocimiento del bien y del mal, mjh!..
Ciertamente es un dato muy delatador.
En verdad me ha gustado tu teoría.
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