El festival de cine internacional de Amnestía se llevó a cabo con un éxito rotundo del 18 al 21 de noviembre en el VanCity theatre. Este año trajo producciones, que si bien no son estrenos, son importantes para informar al público de las injusticias de nuestra sociedad moderna. El festival arrancó con la película “Suena como una Revolución” en donde se explora la música como arma para luchar contra la guerra y los gobiernos lacayos del sistema corrupto neoliberal, en este caso de la era George Bush, una de las más oscuras en la historia de los Estados Unidos y de la que aún quedarán secuelas mundiales por muchos años por venir. Muchas de esas secuelas se ven en la película The Big Sellout donde se exponen algunos casos de la privatización de servicios. Es sabido que las coproraciones solo buscan lucrar sin importarles el bienestar humano. La película nos lleva hacia el drama de una mujer que lucha cada semana por llevar a su hijo a un hospital para parcticarle una diálisis que salava su vida cada semana, los cortes a la salud en este país han llevado a gente como esta madre a situaciones desesperantes. Los culpables, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional quienes imponen estas codiciones que perjudican al pueblo para poder conceder préstamos para el desarrollo que rara vez ven su destino. Tal pareciera que las grandes corporaciones son el enemigo a vencer por la gente común. La nueva película de Stephanie Boyd llamada La Operación del Diablo muestra como una gran compañía minera envenena el medio ambiente y cuando los pobladores se organizan para luchar son agredidos, espiados, asesinados, intimidados, etc. Algo que no solo pasa en Perú, sino en Guatemala, en México, en Chile y otros países de otros continentes. La clausura a reventar de llena mostró a los Yesmen que se han propuesto a luchar contra estos gigantes avaros mediante la ridiculización haciéndose pasar por importantes ejectuivos para exponer las mentiras de estos engendros malignos que han creado los hombres de mala voluntad. Como decíamos, una vez que los gobiernos venden sus organizaciones ya no tienen que rendirle cuentas a nadie (bueno, al dinero de los accionistas) por lo que la privatización además de producir servicios deficientes y pobreza produce contaminación a nuestro planeta, pureba de ello se puede ver en la película H2Oil y Gasland. H2Oil muestra la contaminación del río Athabasca en Alberta, Canadá debido a la extraxcción del petróleo en la región conocida como las Tar Sands, en castellano algo así como las Arenas de Bitumen o las aremas de Petróleo (oil sands). Los efectos de los químicos son nocivos para el hombre y ya han afectado comunidades enteras. Hombres y mujeres contaminados que desarrollan todo tipo de malestares, desde jaquecas hasta cáncer. H2Oil también muestra toda el agua que utilizan para sacar el combustible, millones de litros desperdiciados mientras hay gente que no tiene agua potable. Es inhumano. Como van las cosas billones de invidviduos de todas las especies morirán dejando solo a los millonarios que los seguirán poco tiempo después al terminar de consumir y envenenar los recursos tan necesarios para la vida misma. Porque no solo está pasando en las zonas pobres del mundo, en sus mismos países “desarrollados” como lo muestra Gasland, están envenenando el agua de miles de personas en diferentes estados solo para extraer el gas natural. Espetremos que el objetivo del festival que es hacer pensar y actuar a la gente se lleve a cabo y no se eche en saco roto las enseñanzas. Otras producciones incluyeron trabajos de Filipinas, Sri Lanka y África.
http://www.youtube.com/watch?v=SlUQ2sUti8o
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